L’elisir d’amore en Civitanova
Enero 27, 2024. La Temporada de Civitanova all’Opera, que se lleva a cabo en la ciudad homónima en la costa adriática italiana, llega a su quinta edición, como un ejemplo fehaciente de cómo se pueden montar producciones valiosas a pesar de no disponer de grandes recursos económicos, y gracias a la pasión, al genio, a la imaginación y al respeto, pero con la pasión de todos los involucrados, para que el público pueda revivir épocas pasadas divirtiéndose y soñando.
El mérito principal es sin duda del maestro Alfredo Sorichetti, creador del proyecto y director, quien contó con la colaboración de la Orquesta Puccini y del excelente Coro Ventidio Basso dirigido por Giovanni Farina. Este año se estrenaron los diseños escenográficos de Sauro Maurizi, quien recreó una granja, una posada con fardos de heno, carros, sacos de harina, mesas de la época, todo bajo un cielo en el atardecer, con la luna llena y el mar al fondo. La iluminación de Giordano Corsetti y el vestuario de la entusiasta Camilla Melelli hicieron resaltar aún más el todo.
Dirigió la escena el maestro tijuanense José Medina, quien ofreció una visión atenta y respetuosa del libreto, y caracterizó a los personajes con ideas divertidas y sugerentes. Paola Antonucci, experta de bel canto, interpretó el personaje de Adina de manera sobresaliente. Por fin una soprano que, gracias a su segura técnica, no solo cantó las notas dando sonido y volumen, sino que no se perdió ni una sola palabra. Mostró cualidades como una agilidad deslumbrante y notas agudas brillantes. Su personalidad escénica es fuerte, y además demostró en algunos momentos que es buena bailarina. Nemorino fue interpretado por el joven venezolano Reinaldo Droz que, con buena presencia escénica creó un personaje convincente y amoroso.
En el papel del charlatán Dulcamara, el histriónico Giampiero Ruggeri encantó y entretuvo al público con su lenguaje florido y sus exageraciones. Refinado experto en “recitar cantando”, ciertamente honró, junto con Antonucci, al legendario barítono Sesto Bruscantini, de quien fueron alumnos en su juventud y a quien estuvo dedicada la velada.
Davide Bartolucci encarnó muy bien al atrevido y pomposo Belcore, y cantó con buen timbre vocal y confianza en el escenario. Finalmente, la ingeniosa Giannetta de Jessica Ricci, joven y segura de sí misma, hizo gala de un cálido timbre vocal y facilidad en sus desplazamientos escénicos. La obra, que como sabemos aborda temas universales como el amor, los celos y la búsqueda de la felicidad, sigue siendo representada hoy en día en todo el mundo y la velada en Civitanova dejó entusiasmados al público, que rindió homenaje a todos los artistas con largos y sentidos aplausos al final.
Cabe mencionar que en esta quinta edición de Civitanova all’opera, que comenzó el 16 de diciembre del 2023 con Rigoletto y concluyó en esta velada reseñada, la elección de los dos títulos fue elegida para celebrar al bajo-barítono civitanovese, oriundo de esta ciudad, Sesto Bruscatini, quien falleció hace 20 años, y que fue un intérprete insuperable en ambos títulos. Ambas obras fueron anunciadas inicialmente en la tercera edición del festival en febrero del 2020, que debió ser cancelada por la pandemia de Covid. Por la insistencia del público local, se decidió montar este año, como estaba previsto, y el correspondiente homenaje a uno de los grandes de la lírica italiana y mundial.