Requiem de Verdi en Macerata

Los solistas y el director del Requiem de Verdi en el Festival de Macerata © Quartararo

Julio 29, 2023. Así como originalmente fue concebida para conmemorar, un año después de su muerte, al ilustre italiano Alessandro Manzoni, ahora la Messa da Requiem de Giuseppe Verdi se vuelve a proponer tanto para el 150 aniversario de la muerte de Manzoni como, en coproducción con la Fondazione Teatro Comunale di Bologna, para conmemorar la terrible masacre del 2 de agosto de 1980, cuando una bomba estalló en la estación de Bolonia matando a 85 personas. 

La impresionante partitura, una expresión muy particular y personal del compositor hacia su controvertida relación con la fe, marcó un parteaguas en la producción italiana del siglo XIX. La estructura de la composición, muy similar a la creada y nunca interpretada (en el siglo XIX) Messa per Rossini, contempla siete episodios que, en algunos casos, se dividen en secciones adicionales. 

El papel fundamental de los solistas, antes tratados mayoritariamente como un cuarteto vocal compacto, es de absoluta importancia en esta «misa cantada» que también hace uso de una plantilla bastante numerosa, atenta a las costumbres del teatro de ópera, con instrumentos como el corno inglés y el clarinete bajo, inusuales en un conjunto sinfónico. Precisamente en virtud de este inmenso despliegue de recursos, la labor del director es articulada y esencial. 

Donato Renzetti, director musical del Festival de Ópera de Macerata, estuvo al frente de la Orquesta del Teatro Comunale di Bologna, que respondió con corrección y concisión a sus indicaciones. La interpretación propuesta puso el acento en el lenguaje melodramático de la partitura y estuvo atenta al realce de la expresividad y del canto en sus aspectos más sutiles. La dilatada experiencia de Renzetti es una sólida certeza para la coordinación de las misas y solistas, dispuestas en el gran escenario Macerata. La lectura, quizás un poco impersonal, tuvo la gran ventaja de dar unidad y cohesión a todas las fuerzas implicadas, asegurando un excelente resultado global y el debido protagonismo a la grandeza de la obra en su conjunto. 

Del cuarteto vocal destacó la actuación de Selene Zanetti que, a pesar de algún fallo en la entonación, ofreció una personal interpretación atenta a los innumerables matices verdianos y bien calibrada en expresividad. La actuación de Vasilisa Berzhanskaya, que está ganando atención internacional, parece consciente de las experiencias sagradas italianas de principios del siglo XIX. 

Por el lado masculino, el bajo-barítono Roberto Tagliavini se desenvolvió con gusto y solidez técnica, y fue capaz de frasear con inteligencia y de dar el énfasis justo a los trepidantes pasajes dedicados a su tesitura. En cuanto a la interpretación del tenor Antonio Poli, dotado de un bello timbre y válidas intenciones interpretativas, salvo algunas tensiones en la parte superior, su canto fue suficientemente matizado y altamente comunicativo. 

La contribución del Coro del Teatro Comunale de Bolonia, cuidadosamente instruido por Gea Garatti Ansini, resultó ser esencial para la valorización efectiva de los innumerables e insidiosos pasajes corales. Aplausos intensos al final, con largas aprobaciones para los equipos boloñeses y para todos los intérpretes.

Visión panorámica del Coro y la Orquesta del Teatro Comunale di Bologna, bajo la batuta de Donato Renzetti, director musical del Festival de Macerata © Quartararo

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