Rigoletto en Orta

El cuarteto de Rigoletto, interpretado al aire libre © Stresa Festival 2023

Julio 22, 2023. La ópera es sin duda la forma de arte que engloba en sí muchas otras artes. Por ello, hay que vivirla y participar plenamente de ella, sobre todo cuando las escenografías son al abierto, en la naturaleza, como lo fue esta producción en el lago de Orta y las montañas que lo rodean, lo que aseguró que el espectáculo fuera emocionante. 

La idea de la “ópera inmersiva” es del creador, dramaturgo y director de escena Gianmaria Aliverta, quien realizó la adaptación y transcripción para ensamble musical de Rigoletto de Giuseppe Verdi, un trabajo de reducción dramatúrgica y musical, con la relaboración musical de Giacomo Mutigli para el Festival de Stresa que se realiza anualmente en el pueblo homónimo y sus alrededores, a la orilla del lago Maggiore en la región italiana del Piamonte, aunque fue en Orta San Giulio, a pocos kilómetros de allí, donde se hizo esta función.

En coproducción con la compañía Voce All’Opera, la idea resultó exitosa, gracias también a la espectacular ubicación que brindó la Villa Bossi en Orta para el primero y segundo actos de la ópera, para después trasladarla a la Isla de San Giulio para el último acto. El disfraz de Rigoletto no es el del bufón habitual, con sombrero y cascabeles en la cabeza, sino que aquí se convirtió en un auténtico travesti con zapatos rojos y peluca, con la idea de enfatizar sus distintos roles: el de padre y el de bufón de la corte. 

En el marco del jardín de la Villa Bossi, con balcón y embarcadero, su jardín y escalinatas, Aliverta contó y describió su idea de Rigoletto que luego fue escenificada entre el público, que tuvo cercanía con los cantantes, cambiando su perspectiva al hacerlos ligeramente partícipes de la historia. Los vestuarios fueron sencillos, pero bien escogidos, y en términos generales hubo buenas interpretaciones. 

Tras el traslado en barco a la isla de San Giulio, se presenció el tercer acto de la ópera de Verdi con la particularidad de la utilización de un barco encallado en el agua para recrear la sala de Maddalena y Sparafucile, donde se aloja el duque de Mantua en la noche de su homicidio. El pequeño conjunto instrumental resultó inesperadamente agradable, y la inclusión del acordeón, un instrumento con mil sonidos, fue algo placentero de escuchar gracias a que nunca abrumó, sino que siempre fue el delicado hilo conductor de la historia musical. 

De los cantantes, diría que cumplieron bien con su cometido, como la soprano Sabrina Sanza, quien estuvo sobresaliente como Gilda, mostrando su facilidad en los agudos y una buena presencia escénica. El barítono mexicano Gustavo Castillo en el papel de Rigoletto se expresó con una voz dramática y buen desempeño en el papel. Por su parte, Giuseppe Infantino en el papel del Duca di Mantova emitió un grato timbre, como interesante fue la participación de Federico de Antoni en el doble papel de Monterone y Sparafucile, sin dejar de mencionar el apreciable trabajo de Camilla Antonini, primero como Maddalena y después como Giovanna. Para concluir, vale la pena reiterar la apreciable idea global de ejecutar óperas en lugares de excepcional belleza, que envuelvan de manera total al público, tal y como sucedió en esta peculiar ejecución de Rigoletto. 

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