Roméo et Juliette en Bilbao
Octubre 21, 2023. Los Amigos de la Ópera de Bilbao han inaugurado brillantemente la Temporada 72 de ópera con Roméo et Juliette, de Charles Gounod. De velada inolvidable podemos calificar la presentación en la ABAO de la soprano norteamericana Nadine Sierra y el debut en el papel de Roméo del tenor mexicano Javier Camarena.
El estreno de la producción de ABAO Bilbao Ópera junto a la Ópera de Oviedo, lleva la firma de la directora de escena Giorgia Guerra, que ha debutado con éxito en una propuesta minimalista de corte tradicional, apoyada en la escenografía funcional de Federica Parolini y reforzada por proyecciones visuales sobre el escenario. Pendiente en todo momento de los personajes protagonistas, a los que cuida en busca de la mejor proyección de sus voces —lo que se agradece en un auditorio tan grande como el Euskalduna—, la propuesta escénica de Guerra ganará enteros en futuras representaciones si se logran pulir ciertos detalles en la coreografía de las figurantes, demasiado sobreactuadas en el baile y en sus movimientos, distrayendo a los asistentes durante uno de pasajes cantados más bellos en los que intervenía la soprano Nadine Sierra.
Desde nuestro punto de vista, la iluminación de la italiana Fiammetta Baldiserri, estuvo bastante acertada, así como el vestuario de época diseñado por Lorena Marín, donde prima la elegancia en todos los personajes. En este punto, debemos destacar los maravillosos vestidos que luce la protagonista femenina, impecablemente caracterizada como la joven Juliette.
La dirección musical corrió a cargo del maestro Lorenzo Passerini, que se presentó en ABAO cosechando un gran triunfo. Con una gran entrega y una gesticulación desde el foso, pocas veces antes vista, el joven director italiano sacó un enorme partido a una Orquesta Sinfónica de Euskadi que ofreció una actuación de altísimo nivel desde el prólogo inicial. Acertado en los pasajes melancólicos que requiere la partitura de Gounod, se apreció una gran labor en el acompañamiento de los cantantes, así como un derroche de pasión e intensidad a la hora de templar y dirigir a un Coro de Ópera de Bilbao que nos deleitó con una notable actuación. Emocionado al contemplar su acertada labor desde el foso del Euskalduna y, tras ser testigo de su triunfo en Las Palmas de Gran Canaria el pasado mes de mayo con Lucia di Lammermoor, desde estas páginas me atrevo a augurar un futuro muy prometedor para esta joven batuta.
El tenor cántabro Alejandro del Cerro cumplió en su debut en Bilbao como Tybalt, así como la otra debutante, la mezzo catalana Anna Alás i Jové, que mostró una voz muy adecuada en sus prestaciones como Stéphano, el paje de Roméo. Dinámica y creíble como actriz, fue muy aplaudida tras culminar su serenata ‘Que fais-tu, blanche tourterelle’.
El bajo croata Marko Mimica, como Frère Laurent, volvió a deleitarnos con una voz de muchos decibelios y unas prestaciones dramáticas más que aceptables.
El barítono polaco Andrzej Filonczyk en el rol de Mercutio resultó convincente tanto en sus prestaciones actorales como a nivel canoro, destacando su ejecución de la balada ‘Mab, la reine des mensonges’.
De exitoso y brillante podemos calificar el debut de Javier Camarena en el rol de Roméo. De voz bella, exquisito timbre y magnífica línea de canto, el cantante de Veracruz maravilló con la interpretación romántica de la cavatina del segundo acto, ‘Ah! Léve-toi, soleil’, toda una lección de bel canto francés, muy aplaudida por los asistentes. Tremendamente coordinado durante toda la noche con la soprano, la elegancia de su voz se pudo apreciar en el dúo ‘Nuit d’hyménée, Ô douce nuit d’amour’, toda una exhibición de canto legato.
La presentación de Nadine Sierra en la Temporada de Ópera de ABAO, afrontando el papel de Juliette, podemos calificarlo de sensacional. Exquisita y muy convincente en su faceta dramática, su mera presencia llenaba toda la escena de juventud, belleza y sensibilidad. Muy aplaudida tras el vals del primer acto ‘Je veux vivre’, donde mostró una técnica exquisita de soprano de coloratura de altísimo nivel, estuvo majestuosa durante el resto de sus intervenciones. Capítulo aparte merece el aria ‘Amour, ranime mon courage’, donde mostró un fiato extraordinario, una gran solidez para afrontar las notas altas y una voz de muchos decibelios que la pueden coronar como una Juliette de referencia en el futuro.