Eduardo Mata, a 25 años

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Eduardo Mata (México 1942 – Cuernavaca 1995)

A Iván López Reynoso

“Si la música de Chávez es la tierra que pisamos,
la de Revueltas es el aire que respiramos.”

Eduardo Mata

La mañana del 4 de enero de 1995 despertamos con una noticia devastadora: Eduardo Mata había muerto. Tenía 52 años de edad y era entonces el más importante director de orquesta mexicano con una trayectoria internacional sin precedentes.

Con estudios en el Conservatorio Nacional de Música y la guía de Carlos Chávez, Rodolfo Halffter y Julián Orbón, Eduardo Mata hizo su debut a los 15 años de edad en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, dirigiendo su obra Trío a Vaughan Williams como parte de los conciertos de cámara del Grupo Berlioz. 

A los 18 años se presentó en la sala principal del mismo recinto dirigiendo una de las tres orquestas emplazadas para la Suite de danzas para tres orquestas de Yoritsune Matsudaira, al lado de Carlos Chávez y Humberto Hernández Medrano, y a los 20 años realizó su debut con la Orquesta de la Ópera de Bellas Artes.

La trayectoria artística de Eduardo Mata en la música sinfónica es bastante conocida y reconocida. Ocupó desde muy joven la dirección artística de diversas agrupaciones musicales, siendo la primera la Orquesta Sinfónica de Guadalajara cuando tenía 22 años de edad, entre 1964 y 1966, y posteriormente de la Orquesta de la Universidad Autónoma de México entre 1966 y 1975. Fue director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional durante el memorable Festival Mahler en 1975. También fue Jefe del Departamento de Música de la UNAM y Director de Música y Director de la Ópera de Bellas Artes entre 1983 y 1984.

En el ámbito internacional fue director permanente de la Orquesta Sinfónica de Phoenix, director huésped permanente de la Sinfónica de Londres y director titular de la Sinfónica de Dallas.

Dirigió agrupaciones musicales alrededor del mundo, como las Orquestas Sinfónicas de Buenos Aires, Chicago, Chile, Corpus Christi, Denver, Düsseldorf, Fráncfort, Guatemala, Halle, Lima, Londres, Malmö, Milán, Porto Alegre, San Diego, San Francisco, Seattle, Sydney, Turín y Trujillo; las Orquestas Filarmónicas de Estocolmo, Geselkirchen, Israel, Liverpool, Lodz y Oslo; así como las Orquestas del Ejército Popular Yugoslavo, la Academia Nacional de Santa Cecilia de Roma, la Ópera de Montecarlo, el Maggio Musicale Fiorentino, el Teatro alla Scala y la Simón Bolívar de Venezuela, entre muchas otras.

Su paso por la ópera fue tan importante como por la música sinfónica, y hay que apuntar que en 1964 debutó dirigiendo en el Teatro de la CTM la ópera Aida de Verdi y que dos años después empuñaría la batuta para la representación de Carmen de Bizet en el Teatro Esperanza Iris con un elenco encabezado por Belén Amparán, Salvador Novoa, Hortensia Cervantes y Roberto Bañuelas. Ese mismo año concertó El barbero de Sevilla de Rossini y Lucia di Lammermoor de Donizetti para las celebraciones del Centenario del Teatro Degollado en Guadalajara, Jalisco, con Ernestina Garfias, Plácido Domingo y Sherrill Milnes.

Para la temporada de Ópera Nacional de 1967 en el Palacio de Bellas Artes dirigió Lucia di Lammermoor con Ernestina Garfias, Giuseppe Gismondo y Bañuelas; y La Bohème de Puccini con Irma González, el tenor Gismondo, Marco Antonio Saldaña y Cristina Ortega. 

Un gran acontecimiento artístico fue la ejecución de Fidelio de Beethoven el 2 de octubre de 1970 en el Auditorio Justo Sierra de la UNAM, en donde el joven Francisco Araiza hizo su debut cantando el brevísimo rol del Primer prisionero. Por supuesto, Mata dirigió esta ópera en versión ce concierto, en donde los protagonistas fueron la soprano Guillermina Higareda y el tenor Ignacio Clapés.

En febrero de 1971 el maestro dirigió nuevamente a Plácido Domingo en un concierto celebrado en el Palacio de Bellas Artes con la Orquesta Filarmónica de la UNAM, y meses después en el mismo escenario ocupó el podio para concertar Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, que cantaron Jean Brazzi, Jacques Mars, Ernestina Garfias, Belén Amparán, Guillermina Higareda y Rafael Sevilla.

Diez años más tarde, en el Palacio de Bellas Artes, dirigió la reposición en nuestro país de El castillo de Barbazul de Bartók y el estreno en México de El prisionero de Luigi Dallapiccola, con una magistral puesta en escena de José Antonio Alcaraz y escenografía de David Antón con Roberto Bañuelas y Maria Julius.

En 1982, dirigió Fidelio con Linda Esther Gray, William Neill, Ronald Hedlund, Arnold Voketaitis, Margarita Pruneda, Donnie Ray Albert y Anthony Laciura. Un año más tarde repitió este título, además de hacer una maravillosa producción de Falstaff de Verdi con Guillermo Sarabia, Roberto Bañuelas, Guillermina Higareda, María Luisa Tamez, Librado Alexander, Ramón Vargas, Diane Curry, Martha Félix, Adriana Díaz de León, Alicia Torres Garza, Francisco Velasco, Luis María Bilbao y Jorge Valencia, puesta en escena que repitió en 1984. También ese año dirigió Don Giovanni en una controvertida escenificación de Juan Ibáñez para las celebraciones del 50 aniversario del Palacio de Bellas Artes. 

Finalmente, en 1985 se registra su última actuación operística en nuestro máximo recinto con el estreno en México de Ariadne auf Naxos de Strauss, que interpretaron Myrna Bismark, Gary Lakes, Consuelo Carolli, Luz Angélica Uribe, Ignacio Clapés y Leszek Zawadka, puesta en escena de Rafael López Miarnau y escenografía de Antonio López Mancera.

Eduardo Mata dejó una importante discografía, donde destacan: Cantata criolla de Estévez; La vida breve, El amor brujo, Siete canciones españolas, El retablo de maese Pedro y El sombrero de tres picos de Falla; Pregón para una Pascua pobre de Muench; Carmina Burana de Orff; y Alexander Nevsky de Prokófiev.

Como compositor nos legó obras como: Trío a Vaughan Williams, la Cantata fúnebre a Manuel M. Ponce, Canción sin palabras, para clarinete y piano; su Sonata para piano, la Sinfonía n.° 3 para alientos y corno, Improvisaciones para piano, Alicia (ópera inconclusa), Débora (suite de ballet), Aires sobre un tema del siglo XVI y Twelfth Night de Shakespeare, música incidental para teatro.

Hoy recordamos a Eduardo Mata a 25 años de su muerte, aquel 4 de enero de 1995, cuando la avioneta Piper Aerostar que él mismo piloteaba se desplomó después de despegar del aeropuerto de Cuernavaca, Morelos.

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