Carlo Vistoli: “Sería maravilloso viajar en el tiempo para escuchar a los castrati en vivo”

Carlo Vistoli: «Era más fácil y más natural para mí cantar con voz de cabeza que con voz de tenor, y me di cuenta que tenía registro de contralto» © Nicola Allegri

El joven y apuesto contratenor italiano Carlo Vistoli (Lugo, 1987) se encuentra actualmente en Roma interpretando el rol de Tolomeo en el montaje de la ópera Giulio Cesare in Egitto de Georg Friedrich Händel bajo la dirección musical de Rinaldo Alessandrini en la producción del director de escena de Damiano Michieletto. 

Posteriormente se integrará al espectáculo I Tre Contratenori al lado de Raffaele Pé y Aryeh Nussbaum Cohen, también en el Teatro Costanzi, para luego unirse a la gran mezzo Cecilia Bartoli en la versión de concierto de la mencionada ópera de Händel en París para interpretar el rol titular bajo la dirección de Gianluca Capuano.

El joven artista italiano debutó a los 25 años en Dido and Aeneas de Purcell y en ese periodo obtuvo el Premio Farinelli en Bolonia y el Primer Premio Renata Tebaldi (Sección Barroca) en San Marino. Lo han dirigido los más distinguidos directores especializados en el repertorio antiguo, como Giovanni Antonini, William Christie, Leonardo García Alarcón, John Eliot Gardiner, Andrea Marcon y Jean-Christophe Spinosi, entre otros. 

Su voz ha sido registrada en importantes sellos discográficos como Erato, Harmonia Mundi, Ricercar, entre otras, mientras que en video es posible apreciar su arte en varias obras de Claudio Monteverdi: L’Orfeo con Les Arts Florissants y La Capella Mediterránea, Il ritorno d’Ulisse in patria con los English Baroque Soloists y L’incoronazione di Poppea con Les Arts Florissants.

En la presente conversación, Carlo Vistoli platicó de sus próximos compromisos, sus obras y grabaciones favoritas, así como su visión de la ópera barroca, en exclusiva para Pro Ópera.

Tolomeo en Giulio Cesare in Egitto de Händel en el  Théâtre des Champs-Élysées de París, 2022 © Vincent Pontet

Actualmente estás cantando Tolomeo para el Teatro dell’Opera di Roma y a finales de octubre cantarás Giulio Cesare para el Théâtre des Champs-Élysées. ¿Podrías hablarnos de estas emocionantes representaciones de Giulio Cesare in Egitto?
Es un desafío muy estimulante interpretar, alternándolos, estos dos papeles —el «bueno» y el «malo», podríamos decir— en los mismos días, ya que la gira con Cecilia Bartoli y Gianluca Capuano comenzará cuando las representaciones en Roma aún no hayan terminado. Son dos partes muy diferentes, vocal y escénicamente, y creo que ambas ofrecen grandes posibilidades interpretativas. 

En particular, la hermosa producción de Damiano Michieletto, que ya representé el año pasado en el Théâtre des Champs-Élysées, pone mucho énfasis en Tolomeo, el antagonista, convirtiéndolo en un personaje complejo, perverso y sádico, pero a la vez sufriente y consciente del final que le espera y que caerá en segunda instancia ante su propia dinastía. Un aspecto particularmente acertado de esta muestra, y quizás también uno de los más interesantes, es precisamente la relación ambigua y ambivalente que une a Tolomeo y su hermana Cleopatra, generalmente resuelta de manera un tanto apresurada.

Has cantado a Rinaldo, Giulio Cesare y otros héroes barrocos. ¿Te gusta este gran repertorio?
Por supuesto que sí. Especialmente las partes del primo uomo, como las mencionadas, ofrecen un rango de expresión muy amplio porque el compositor utilizó todos los elementos a su disposición para mostrar no solo sus virtudes sino también las del cantante: por lo tanto, tenemos las arias lentas en legato, las arias de parangón o las arias de furia (caracterizadas por el uso extensivo de la coloratura), todas ellas piezas muy diferentes, pero unidas por la necesidad de trascender el aspecto técnico o virtuosístico para elevarse al núcleo de la emoción y dejar espacio para los afectos.

Händel: Giulio Cesare in Egitto, ‘Va tacito e nascosto’ — Vistoli

Orfeo en Orfeo ed Euridice de Gluck en la producción de Damiano Michieletto para la Komische Oper de Berlin, 2022 © Alexander Hildebrand

¿Qué opinas de Orfeo ed Euridice de Christoph Willibald Gluck?
Definitivamente es uno de los papeles más hermosos que he cantado. Fue escrita para Gaetano Guadagni y siento que es particularmente adecuada a mi voz. Es una ópera corta pero muy exigente, porque estás en el escenario todo el tiempo. Tuve la suerte de interpretarlo en dos magníficas producciones: la de Robert Carsen y la de Damiano Michieletto. De la segunda, participé en su creación en 2022 para la Komische Oper de Berlín. La próxima temporada volveré a cantar este papel en Valencia, España. Retomaremos el ya histórico espectáculo de Carsen y debo decir que estoy particularmente feliz por ello.

Gluck: Orfeo ed Euridice, ‘Che faro senza Euridice?’

¿Qué hay de la experiencia de cantar La rappresentatione di anima et di corpo compuesta por Emilio de’ Cavalieri bajo la dirección de Giovanni Antonini y Robert Carsen?
¡Qué hermoso espectáculo! Afortunadamente, se ha realizado un video oficial. No era fácil representar un oratorio con una dramaturgia más bien estática en escena, pero Carsen, que es un gran hombre de teatro, lo transformó en una historia universal atemporal. Mi papel, el del Ángel de la Guarda, recibió una relevancia inesperada, convirtiéndose en una especie de guía en el viaje espiritual y físico de los dos protagonistas. Antonini, a la cabeza de su ensamble Giardino Armonico, dirigió con mano muy firme, enriqueciendo la partitura con una cantidad realmente impresionante de colores, detalles y matices. Un aporte fundamental también estuvo a cargo de los magníficos integrantes del Coro Arnold Schoenberg, dirigido por Roger Díaz-Cajamarca. Un hermoso recuerdo.

¿Cómo ha sido tu frecuente colaboración con Cecilia Bartoli?
El encuentro con Cecilia Bartoli es, sin exagerar, uno de los encuentros que más me han enriquecido desde que empecé en esta profesión. Siempre he sido un gran admirador suyo, y poder cantar junto a ella no solo es un sueño hecho realidad, sino también y sobre todo una gran escuela. Hasta ahora hemos cantado juntos el Stabat Mater de Pergolesi y Alcina de Händel (donde también debuté en una parte difícil y magnífica: la de Ruggiero), y en unos días empezaremos a ensayar esta nueva producción de Giulio Cesare en Egipto. Escucharla, espiarla mientras ensaya y sobre todo poder discutir con ella temas tanto técnicos como musicales es una oportunidad por la que nunca estaré lo suficientemente agradecido. Además de ser la artista que todos conocemos, también es una persona exquisita y dulce, y trabajar con ella es un placer y un verdadero honor.

Ottone (al centro y al fondo) en L’incoronazione di Poppea de Monteverdi en el Festival de Salzburgo, 2018 © Marco Borrelli

Has cantado las tres óperas de Monteverdi. ¿Cómo ha sido ese trabajo?
Interpreté y grabé las tres óperas, con diferentes directores, y en 2017 participé en una gran gira internacional con John Eliot Gardiner, interpretando en particular la Humana Fragilitá en Il ritorno d’Ulisse In patria y Ottone en L’incoronazione di Poppea. Estas tres óperas se encuentran entre las mayores obras maestras del teatro musical de todos los tiempos y, por lo tanto, haber tenido la oportunidad de llevarlas a escena en algunas de las salas más prestigiosas del mundo fue una experiencia maravillosa que espero repetir en el futuro.

Nerone en L’incoronazione di Poppea es un papel muy difícil. ¿Cómo es para ti?
Después de haber cantado varias veces el papel de Ottone bajo la dirección de grandes directores, como Gardiner, Christie y Pichon, haber tenido la oportunidad de interpretar el de Nerone bajo la dirección de Jean-Christophe Spinosi en la Staatsoper de Berlín representaba una meta que hace solo unos años no hubiera imaginado poder alcanzar. Comparado con Ottone, Nerone es una pieza mucho más afilada y esconde varios escollos técnicos, porque es esencial para poder cantar suavemente incluso en las zonas más extremas del registro. 

Aunque me reconozco como contralto, en los últimos años he comenzado, con mucha prudencia, a acercarme a papeles más agudos y debo decir que me he encontrado increíblemente a gusto, tanto que espero tener la oportunidad en un futuro de volver a cantarlo. Las actuaciones en Berlín fueron un éxito personal que recordaré durante mucho tiempo, entre otras cosas porque me acompañó una de las mejores intérpretes del rol de Poppea que he escuchado: Slávka Zámečníková.

De tu discografía, ¿cuáles son tus grabaciones favoritas?
Seguramente mi último recital, dedicado a las Cantatas con Bajo Continuo del 700 (de Händel, Porpora y Vivaldi) es una de las grabaciones con las que estoy más satisfecho. Son piezas muy exigentes, especialmente La Lucrezia de Händel que da título al disco. Entre las grabaciones anteriores, estoy muy apegado a Amor tiranno, que se centra en Monteverdi y Cavalli, y a Semele de Händel, que grabamos en vivo en Londres con John Eliot Gardiner.

Monteverdi: ‘Sì dolce è ‘l tormento’ — Carlo Vistoli, Sezione Aurea & Filippo Pantieri

Orlando Furioso de Vivaldi, Teatro Malibran de Venecia, 2018 © Michele Crosera

Hace poco cantaste música sacra de Vivaldi. ¿Te gusta cantar música sacra?
Sí, me gusta mucho. Todos los años, cuando se acerca diciembre, ¡me gustaría cantar solo Messiah de Händel! Otro oratorio händeliano de tema sagrado que espero poder cantar en el futuro es la parte de Didymus en el oratorio Theodora que fue escrita, como en el caso de Orfeo en Orfeo ed Euridice, para Gaetano Guadagni, pues la suya es una voz muy parecida a la mía. 

En lo que respecta a la música sacra de Vivaldi (así como a la de Porpora, por ejemplo), está muy cerca de la ópera y a veces casi te olvidas de cantar una obra sacra: a menudo encuentras arias con da capo y por lo tanto, la forma es la misma que la música escrita para escenas teatrales. Sin embargo, puedo decir que cantar en las iglesias es siempre una gran emoción, pues son lugares que, por su belleza arquitectónica y sus características acústicas dan la oportunidad de explorar nuevas soluciones musicales y expresivas.

Vivaldi: Orlando furioso, ‘Sol da te, mio dolce amore’ — Carlo Vistoli

En Roma cantarás con Rafaelle Pé y Aryeh Nussbaum Cohen. ¿Cuáles son tus expectativas sobre este concierto?
No puedo esperar para hacer este recital con estos dos grandes colegas. Pasamos un mes juntos para los ensayos de Giulio Cesare In Egitto y nos divertimos mucho. Presentaremos una colección de arias, duetos y tercetos de los autores más importantes del siglo XVIII, e incluso de Gioachino Rossini, de quien cantaré la cavatina de Tancredi ‘O patria… Di tanti palpiti’. Rossini es un autor al que estoy particularmente unido: su padre era originario de Lugo di Romagna, como yo, y el joven Gioachino vivió y estudió unos años en mi ciudad. Ya he cantado la Petite Messe Solenelle en concierto y espero poder cantar el papel completo de Tancredi en el futuro.

Dafne de Caldara en el Festival de Venecia, 2015 © Daniele Grillo

Para el próximo año tienes una agenda extraordinaria que incluye la Gala Farinelli con algunos de los cantantes de ópera barroca más famosos del panorama actual… ¡Todo el mundo queremos estar allí! ¿Qué dices al respecto?
¡Es un sueño! Cuando leí la lista de cantantes presentes en esta gala no podía creer lo que veía. Una velada que, de alguna manera, contará la historia del Renacimiento y el barroco, porque verá a artistas de diferentes generaciones, nacionalidades y escuelas, uno al lado del otro en el mismo escenario: durante una noche, todo el mundo barroco se reunirá en Viena para un emocionante concierto. Va a ser una gran fiesta. Personalmente, puedo decir que estoy muy emocionado de compartir el escenario por una noche con Anne Sofie von Otter, que siempre ha sido uno de mis ídolos.

Hablando de Farinelli. ¿qué opinas de los castrati legendarios: Senesino, Caffarelli, Bernacchi, Carestini?
Creo que sería maravilloso viajar en el tiempo para escucharlos en vivo. Quién sabe cómo eran realmente sus voces. Basándonos en lo que podemos juzgar por la música escrita para ellos, tenían habilidades respiratorias y amplitud de textura que estaban fuera de lo común. Eran verdaderas estrellas, y leer sus biografías es nada menos que fascinante. En particular, el año que viene dedicaré un programa de conciertos específicamente a Antonio Bernacchi: era de Bolonia, la capital de mi región. Y para él Händel escribió dos grandes papeles: el protagónico de Lotario (que canté este año en Halle y de la que pronto se editará un CD en directo) y Arsace en Partenope que cantaré la próxima primavera en San Francisco.

¿Qué prefieres: escenarios modernos o tradicionales?
Se podría decir que me gustan los programas bien hechos. En general, creo que el teatro es un material vivo y palpitante que no puede vivir fuera de un diálogo muy estrecho con lo contemporáneo. El teatro tiene la capacidad de hablar al hombre de hoy a través de historias de ayer o de hace dos mil años. Si salgo del teatro exactamente como entré, sin un estímulo, una reflexión o una emoción, probablemente lo que vi no fue un buen espectáculo, ya sea «moderno» o «tradicional». 

Ariodante de Händel en Moscú, 2021 © Damir Yusupov

Si nos referimos a las coordenadas de espacio y tiempo en las que se sitúa o reubica la historia, debo reconocer que estas no me interesan mucho. Hay espectáculos muy modernos con alforjas y crinolinas y viceversa, puede haber espectáculos polvorientos donde los protagonistas van vestidos con ropa moderna. Lo que me interesa es la capacidad del director para poner en escena una dramaturgia, que a menudo se articula de acuerdo con formas textuales y musicales muy antiguas, pero con las exigencias de nuestro presente como hombres del siglo XXI. Si tengo que nombrar algunos, mis directores favoritos, son Robert Carsen, Richard Jones, Barrie Kosky, Damiano Michieletto, Simone Stone y Dimitri Tcherniakov, entre otros.

Sobre tu propia voz: ¿Cuándo empezaste a cantar como contratenor?
Empecé a explorar este estilo vocal cuando tenía unos 19 años, después de haberme apasionado por el repertorio vocal barroco y haber descubierto algunos contratenores como David Daniels y Bejun Mehta (con este último, por cierto, tuve el gran placer de cantar en la producción de L’incoronazione di Poppea en Berlín que mencioné más arriba). Era más fácil y más natural para mí cantar con voz de cabeza que con voz de tenor, y me di cuenta que tenía registro de contralto.

¿Dónde y con quién tomaste tus primeras lecciones?
Mis dos principales maestros fueron William Matteuzzi, un gran tenor y también contralto, que se dedicó en gran medida al repertorio del bel canto, pero también al repertorio barroco (entre otras cosas grabó Ottone de la Poppea) y Sonia Prina, con quien profundicé en repertorio y estilo. En ambos casos, tomé clases en mi región, en Emilia-Romagna.

Il Xerse de Cavalli en el Festival Valle d’Itria, 2022 © Clarissa Lapolla

¿Qué opinas de la reciente apertura de los grandes teatros hacia la ópera barroca?
Creo que es una señal muy positiva. Hoy en día, las voces «barrocas» tienen tal peso y proyección que son capaces de sostener los grandes espacios de los teatros tradicionales y, por lo tanto, mi esperanza es que, incluso en Italia, como ya está sucediendo en otros lugares, esa vieja costumbre de distinguir entre el llamado «gran repertorio» (compuesto por un puñado de títulos muy frecuentes, en su mayoría del siglo XIX) y repertorios “menores”, de los cuales el barroco es solo uno de muchos, ya empezamos a razonar en torno a este patrimonio extraordinariamente rico, vasto y diversificado sin recurrir a distinciones tan antiguas como infundadas. 

Por otro lado, creo que es bueno que las temporadas teatrales presenten la mayor variedad de estilos y épocas. En general, observo que el público, ahora también en Italia, está cada vez más interesado en descubrir o redescubrir los grandes títulos de los siglos XVII y XVIII; este repertorio ofrece a los intérpretes una gran libertad de expresión y creo que a la gente le fascina.

Nota: Un agradecimiento especial a Irene Sala por su ayuda para la feliz realización de esta entrevista.
Compartir: