Monserrat Hernández: “A las nuevas generaciones nos toca crear, producir y generar”

“Ha sido una experiencia muy gratificante. Obtener estas pequeñas grandes recompensas son siempre un gran impulso para seguir adelante”, expresa Monserrat Hernández, soprano jalisciense que en septiembre pasado ganó el Premio de Bronce en la categoría de Voz Profesional en los Amadeus International Music Awards.

La participación en este certamen y el gratificante resultado también reafirmó a la cantante que va por un camino correcto en su joven carrera. Así lo platica en entrevista exclusiva para los lectores de Pro Ópera la intérprete tapatía que en 2022 también fue reconocida con el tercer sitio en la Medici International Music Competition.

Ser parte de un concurso y la preparación misma que conlleva “es enriquecedor en todos los sentidos”, asegura Monserrat. “La disciplina y la responsabilidad que implica saber que estarás presente en una competencia me ha llevado a mantenerme cada día con una rigurosa rutina de estudio, y considero que ésta me ha conducido a un gran crecimiento como profesional del canto.”

En ese punto, la soprano se remonta a su infancia para contar que todos sus recuerdos, en cualquier momento y lugar, son cantando. Mientras hacía sus labores de la escuela, al caminar, cantaba. Su familia observó sus cualidades para expresarse a través de la voz y la música. “A los ocho años de edad me encauzaron hacia el canto, pues me inscribieron en una escuela de música. Creo que desde antes yo ya estaba segura de que era esa mi vocación; pero al ingresar a esa institución no quedó duda alguna”, relata la entrevistada.

Sobre su proceso formativo, Monserrat dice que ha sido siempre una evolución constante: “Mi primer encuentro real con la música al ingresar en la escuela de música a temprana edad, por ejemplo; o mi primer maestro de canto, el tenor Paulino Saharrea, un gran docente que me mostró el fascinante mundo de la ópera. Después vino justo mi primera ópera, oportunidad que le debo al maestro Andrés Sarre”. 

La cantante refiere otra experiencia muy significativa para ella, que se repitió en varias ocasiones, cuando pudo tomar clases con la soprano Montserrat Caballé. “Ella me mostró la verdadera grandeza de una tremenda leyenda del canto y aprendí mucho sobre la respiración y el apoyo. Y así llego hasta mi actual maestro, el barítono Jesús Suaste, con quien sigo perfeccionándome y aprendiendo. Él es un gran artista que me ha brindado incluso la primera oportunidad de pisar el escenario del Teatro de Bellas Artes. Creo que estoy en un gran momento. Lo nombraría el tiempo de cosecha, me siento plena técnicamente para enfrentar el reto que se me presente y ahora comienzo a recoger los frutos de tantos años de constancia, disciplina y búsqueda de esa plenitud vocal”, expresa la protagonista de esta historia. 

Monserrat, ya que mencionas al maestro Jesús Suaste y que de hecho participaste en el concierto de homenaje a su trayectoria, celebrado el año pasado en Bellas Artes, ¿puedes ahondar en el tipo de desarrollo vocal que has tenido bajo su tutela?
El maestro Suaste ha sido un antes y un después en mi vida. Ser su discípula, eso me considero con toda la humildad y respeto para él, me ha dado la oportunidad de lograr una solidez, conocimiento y entendimiento de mi instrumento que no habría logrado sin su ayuda. Este 2023 son 41 años de experiencia y conocimiento en el canto los que él atesora y sin duda decirte que soy su discípula es un honor y una responsabilidad tremenda. Sigo aprendiendo del tremendo artista y ser humano que es.

¿Cuáles son tus expectativas como cantante profesional y cómo se compaginan con tu vida personal?
Expectativas, tengo las más altas. Trabajo para lograr estar al máximo de mis capacidades, siempre manteniendo una salud emocional, física y mental por delante. No me obsesiono diciéndome que tengo que llegar a cantar en este teatro o cantar tal cosa; sin embargo, sí me exijo y me fijo metas a corto y largo plazo. Doy lo mejor de mi día a día, buscando forjar una carrera sólida, fructífera y longeva.

¿Y cuáles son los retos que identificas para lograrlo, y en general para desarrollar una carrera lírica en México o, incluso, en el terreno internacional? ¿Cómo visualizas ese panorama lírico, siendo parte de las nuevas generaciones de cantantes que han surgido en nuestro país?
Nos encontramos en un momento complicado para la lírica en el mundo entero: hay poco interés para este género y pocos recursos. Nos toca trabajar con lo que hay y adaptarnos a las nuevas propuestas que buscan que el género se mantenga activo. Por supuesto considero que siempre debe hacerse buscando la dignificación de este arte, pero entiendo también que son tiempos complicados, con una alta oferta de cantantes y poco trabajo. Pienso que a las nuevas generaciones nos toca crear, producir y generar.

¿Cómo describirías tu voz y sus cualidades? ¿Qué géneros y repertorios quieres abordar de acuerdo a tus características?
Soy una soprano lírico-spinto, un tipo de soprano no tan común, yo considero. Es similar a la soprano lírico, pero con un mayor cuerpo en su centro y zona grave; con un timbre con más “metal” en el agudo y más robusto y oscuro en general. Estas cualidades me permiten abordar un repertorio verista, en el que puedo decirte que me siento muy cómoda e identificada.

Por otra parte, tengo muchas óperas y personajes que me encantan. Manon Lescaut, Maddalena de Andrea Chénier, Tosca, Leonora de Il trovatore, Gioconda, Butterfly… ¡Podría hacer una lista inmensa! También dentro de mi repertorio está el Lied, el oratorio y los diferentes géneros y repertorios que forman a un cantante más íntegro y sano vocalmente.

Sé que también has participado en conciertos que más allá de lo musical tienen causas benéficas, que has tomado incluso como motivaciones personales. ¿Puedes hablarme de ello, de cómo el canto y la música se convierten en medios de expresión de un entorno familiar y social y qué significado han tenido para ti estas actuaciones?
Sí. Para mí es una parte fundamental y que le da un gran sentido a mi canto, a mi carrera y a mi ser en general, porque me mantiene consciente siempre y en contacto con todas las necesidades y el dolor que hay alrededor. He puesto a servicio mi canto, que es lo que yo puedo dar de más valor para realizar desde que era muy joven recitales destinados a distintas causas sociales. 

El primero que realicé fue para enfermos de cáncer; hoy estoy a punto de cumplir uno de mis grandes sueños, que es tener una asociación civil donde busquemos ayudar a través del canto y manifestaciones artísticas a muchas personas. Como parte del proyecto, buscamos brindar apoyo también a compañeros músicos que se encuentran retirados y han dedicado su vida entera a la música. Sé que es un proyecto ambicioso, pero sé también que está lleno de buena fe. Será un proyecto dedicado a la memoria de mi hermana, que falleció de cáncer hace tres años. Ella fue mi gran ejemplo e inspiración.

¿Cuáles son las presentaciones líricas que hasta el momento dirías que han marcado o reforzado tus intenciones profesionales en el canto?
Creo que cada actuación que he realizado, desde la primera que tuve como solista, hasta la última que hice hace una semana, han sido un eslabón de aprendizajes que me siguen precisando que cantar es lo que deseo hacer hasta el último minuto de mi vida. Para mí, todos los escenarios y todos los públicos merecen el máximo de mi respeto y el mayor nivel de mi actuación. Por eso me ha marcado el Palacio de Bellas Artes tanto como algún recital en un pequeño recinto.

¿Qué otros planes vienen en tu horizonte musical en el futuro? ¿Cómo te visualizas en unos años?
Tengo fe en que el trabajo fuertísimo y la calidad siempre se imponen y dan buenos resultados a la constancia y disciplina, de tantos años en mi caso. Por ello, me visualizo cantando los repertorios y géneros que tanto me apasionan con un gran nivel y calidad en mi trabajo sobre el escenario.