Renée Fleming — Lieder

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Renée Fleming, soprano
Hartmut Höll, piano

Münchner Philharmoniker
Christian Thielemann
, director
DECCA CD

El nuevo disco de la soprano norteamericana Renée Fleming es un ejemplo de lo que es el arte del canto y de cómo una artista de su talla puede seguir sorprendiendo a su público y a la crítica con interpretaciones tan depuradas y excelsas. A sus 60 años, Fleming da una cátedra de como se deben interpretar las canciones alemanas de tres titanes de la composición, con orquesta (Rückert-Lieder de Gustav Mahler) y con piano (ocho canciones de Johannes Brahms y las Frauenliebe un Leben de Robert Schumann). El gran pianista alemán Harmut Höll y el director orquestal Christian Thielemann acompañan a la soprano en esta grabación, además de contar con la Münchner Philharmoniker en el ciclo de canciones de Mahler. 

Fleming ha sido de las pocas cantantes que ha dado mucha importancia en su carrera a interpretar en sus recitales y conciertos con orquesta no solo arias de ópera sino también canciones alemanas. No es extraño entonces que su más reciente disco esté dedicado a este género. Su afinidad con los Lieder es bien sabida y ayuda a su gran interpretación de las canciones su conocimiento del idioma alemán. Fleming no solamente las canta con una voz rica y técnica depurada; interpreta el texto bellamente y funde magistralmente el texto con la música.

Comienza el disco con ocho canciones de Brahms: la primera es una de las piezas vocales más famosas del compositor, «Wiegenlied», op. 49 no. 4. Fleming interpreta esta canción de cuna con delicadeza impecable y parece la canta en un solo aliento. La siguiente canción, de carácter más ligero y juguetón, es «Ständchen», op. 106 no. 1, donde destaca el brillante acompañamiento de Höll. Continúa con «Lerchengesang», op. 70 no. 2, cristalina y transparente en la melodía pianística; y etérea, en la vocal. Igual de exquisito y sutil resulta «Mondnacht», WoO 21. Además de escoger canciones de gran lirismo, también podemos escuchar algunas de carácter más ligero o alegre, como «Die Liebsten Schwur», op. 69 no. 4. y «Vergebliches Ständchen», op. 84 no. 4. «Die unten im Tale», WoO 33 no. 6 y «Die Mainacht», op. 43 cierran la selección de canciones de Brahms.

En cada una de las ocho piezas que conforman el ciclo Frauenliebe und Leben, op. 42 de Schumann, la voz de Fleming sigue escuchándose redonda, con chiaroscuro en el registro central, agudos vibrantes y un gran entendimiento del estilo. Se siente como pez en el agua interpretando estas canciones y se oye ya una madurez interpretativa que enriquece aún más cada canción. No se trata de lucimiento vocal sino de contar cada pequeña historia que encierran las ocho canciones del ciclo: «Seit ich ihn gesehen», «Er, der Herrlichste von allen», «Ich kann’s nicht fassen, nicht glauben», «Du Ring an meinem Finger», «Helft mir, ihr Schwestern», «Süsser Freund, du blickest mich verwundert an», «An meinem Herzen, an meiner Brust», y «Nun hast du mir den ersten Schmerz getan».

Concluye el disco con las Rückert-Lieder de Mahler, bellamente acompañadas por la Filarmónica de Múnich bajo la batuta de Christian Thielemann. El contraste entre la intimidad de los dos primeros ciclos con la grandiosidad de las canciones orquestadas hace ver cómo Fleming pone igual énfasis en los matices y la expresividad, no importando si la acompaña un piano o una gran masa orquestal. Impecable, la dirección orquestal de Thielemann. 

 

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