Roméo et Juliette y Cléopâtre — Hector Berlioz
Joyce DiDonato (mezzo-soprano), Cyrille Dubois (tenor), Christopher Maltman (baritone)
Coro Gulbenkian, Chœur de l’OnR, Orchestre Philharmonique de Strasbourg, John Nelson
ERATO CD
Estrenada en el Conservatorio de París el 24 de noviembre de 1839, esta symphonie dramatique de Hector Berlioz, basada en la obra de teatro Romeo and Juliet de William Shakespeare, tiene un libreto escrito por Émile Deschamps y fue inspirada por la actriz Harriet Smithson, después de que el compositor la viera representando la tragedia de los amantes de Verona en el teatro Odeón de París. En vez de componer una ópera en sí con la trama y los personajes tal cual los usa Shakespeare en su obra, Berlioz optó por componer una “sinfonía dramática”, con solo tres voces solistas (que no son per se los personajes) y un coro que funge como narrador de la trama. Solo el barítono es mencionado como Frère Laurent.
Como buen innovador que era, Berlioz hizo que fuera la orquesta en sí la que llevara el desarrollo de la trama, la que ilustrara escenas claves de la obra y la que pintara musicalmente las atmósferas de cada escena. La partitura completa fue publicada hasta 1847, después de varias revisiones que Berlioz realizara en ella, por sugerencia de varios de sus allegados.
Esta nueva grabación —que dirigió John Nelson al frente de la Orchestre Philharmonique de Strasbourg— se suma a las cuatro obras que ha grabado en años recientes del mismo compositor: Les troyens, La damnation de Faust, Harold en Italie y Les nuits d’été. En tres de estas grabaciones ha participado la mezzosoprano Joyce DiDonato, quien se une también a esta grabación de Roméo et Juliette Op. 17 H79 y en la otra obra que incluye este CD, que es la Scéne lyrique Cléopâtre H36 con texto de Pierre-Ange Vieillard. Cantan con ella el tenor francés Cyrille Dubois y el barítono inglés Christopher Maltman.
La estructura de este Roméo et Juliette está dividida en tres partes que contienen siete extractos en total: Primera parte: Introducción (Combate y Tumulto); Segunda parte: Romeo solo, Tristeza, Escena de amor (Adagio) – Nuit serène y Scherzo de la Reina Mab; Tercera parte: Cortejo fúnebre de Julieta, Romeo en la tumba de los Capuletos y el Finale.
La orquesta es el principal narrador de la acción y de los sentimientos, seguida por el coro que describe lo que va sucediendo y nos va resumiendo las escenas más importantes de la trama. Los tres solistas, sobre todo la mezzosoprano y el tenor, no tienen un rol determinado: solo ayudan a describir, junto con el coro, ciertos momentos específicos. El sonido de la Orchestre Philharmonique de Strasbourg es brillante y la dirección de Nelson es muy teatral. Hace “hablar” a cada uno de los instrumentos que van a tomar la “voz” de varios de los personajes durante la obra. En la Introducción, compuesta por el Prólogo ‘D’anciennes haines endormies’ y la Strophe, ambos interpretados por la mezzosoprano y el coro, DiDonato y los dos coros narran el inicio de la trama, casi a cappella al principio, con una dicción perfecta y un lirismo puro.
Roméo et Juliette, Op. 17, H 79, Pt. 1: Introduction. Combats – Tumulte – Intervention du Prince
Escuchamos a los metales representando al Príncipe Escalus que detiene la confrontación entre Capuletos y Montescos, para luego pasar a la fiesta de los Capuletos. En la llamada Strophe, ‘Premiers transports que nul n’oublie!’, DiDonato relata, junto a un pequeño coro, lo que sucede con el primer amor de estos dos jóvenes bajo el cielo de Verona y menciona a Shakespeare como el creador de esta historia. DiDonato tiene una línea de canto impecable, con las cuerdas acompañando su interpretación y fusionándose en una melodía de belleza etérea. Es una exaltación del amor entre Romeo y Julieta, narrado por una voz ajena a la trama.
Joyce DiDonato: ‘Premiers transports que nul n’oublie’, Roméo et Juliette, Hector Berlioz
Sigue el recitativo y scherzetto ‘Bientôt de Roméo la pâle rêverie… Mab! la messagère’ que canta el tenor y que es el famoso monólogo de Mercutio sobre la Reina Mab. Es el tenor Cyrille Dubois quien interpreta este chispeante y muy vertiginoso scherzetto que, como la Reina Mab, es volátil, se mueve con rapidez e ilustra perfectamente al personaje que Mercutio describe. El coro hace eco a varias de las frases. Dubois canta con claridad y tempo rápido. Hay un cambio abrupto de atmósfera para darle oportunidad al coro para comentar sobre el odio y la sangre vertida por el odio de los Capuletos y los Montescos. Acaba aquí la primera parte.
La segunda parte se divide en “Roméo seul” – “Tristesse” – “Concert en bal” – “Grande fête chez Capulet” y es solamente orquestal. Nelson hace que la orquesta toque con elegancia, haciendo que las cuerdas suenen claras y delicadas, que el oboe que representa a la joven Julieta interprete con un sonido que ilustra su candor y su inocencia. Es extremadamente descriptiva la música de Berlioz para cada una de las escenas y, como él llegó a decir sobre esta obra (parafraseando): las palabras a veces limitan un poco el drama que la pura música puede expresar de manera grandiosa. Su orquestación es muy poética, llena de colores y matices muy teatrales.
Sigue la llamada Nuit serène: una escena en el jardín de los Capuletos, y después un fragmento llamado ‘Ohé, Capulets! bonsoir, bonsoir!’ interpretado por dos coros, para luego dar paso al adagio conocido como “Scène d’amour”, el momento favorito de Berlioz de su obra. El compositor francés muestra muy bien, a través de su música y de su innovadora orquestación, los contrastes entre las escenas públicas y las privadas, en donde resalta al máximo el amor y los sentimientos desbordados de sus personajes. Esta partitura está llena de efectos y atmósferas orquestales casi cinematográficas. Es uno de los momentos más bellos de toda la partitura y el momento culminante, donde se ilustra la ‘escena del balcón’ de la obra de Shakespeare. El amor desenfrenado de los amantes de Verona está perfectamente representado por las cuerdas y la magnífica orquestación de Berlioz.
Roméo et Juliette, Op. 17, H 79, Pt. 2: Scène d’amour
Después de la apasionada y sublime “Scène d’amour”, la orquesta interpreta el Scherzo “La Reine Mab ou la Fée de Songes” (La Reina Mab o el Hada de los Sueños); tiene una estructura de ABA e ilustra la volatilidad y el misterio del hada mencionada anteriormente en el scherzetto de la Primera Parte, ahora solamente con la pura música, sin intervención de algún solista vocal.
A continuación, Berlioz incluye una escena que no está basada directamente en la obra de Shakespeare: el Convoi funèbre de Juliette, ‘Jetez des fleurs pour la vierge expirée!’, que es un cortejo fúnebre de los Capuletos que apareció en una adaptación de la obra que hizo el actor inglés David Garrick y que Berlioz presenció.
Participan dos coros —el Coro Gulbenkian y el Chœur de l’OnR— cantando una melodía sencilla, pero con un carácter sombrío y triste. Continúa otra parte orquestal llamada Roméo au tombeau du Capulet, donde Berlioz nos narra con música la llegada de Romeo a la tumba donde está Julieta y el desenlace trágico de ambos, tomando como base más a Garrick que a Shakespeare, haciendo que escuchemos el último adiós de los amantes antes de morir, algo que no sucede en la obra de teatro del dramaturgo inglés. Es increíble cómo Berlioz, sin usar una sola palabra en toda esta escena, logra transmitir la desesperación y el amor tan intenso de Romeo y Julieta.
Cierra esta symphonie dramatique con un Finale dividido en cuatro partes: La foule accourt au cimetière – Rixe des Capulets et des Montagus – Récitatif et Air du Père Laurence – Serment de réconciliation. Aquí participa el personaje de Frère Laurent (Padre Lorenzo) en voz del barítono inglés Christopher Maltman, quien canta el aria ‘Pauvres enfants que je pleure’, y los coros que representan a los Capuletos y los Montescos. Este es el único momento de la obra donde se siente un poco el estilo más ‘operístico’ de desarrollar la escena. Al descubrir a los dos jóvenes muertos, Frère Laurent revela el misterio de su deceso a las dos familias en ‘Je vais dévoiler le mystère!’, que Maltman canta con una voz poderosa y línea de canto. Nos resume todo lo que ocurrió en la escena orquestal pasada. Las dos familias se reconcilian con un espléndido coral final ‘Jurez tous (Nous jurons) par l’auguste symbole’. Excelente trabajo vocal de parte de los dos coros y la orquesta, que muestran la grandiosidad de esta partitura.
Roméo et Juliette, Op. 17, H 79, Pt. 3: Serment. «Jurez donc par l’auguste symbole»
El disco incluye la scène lyrique conocida como Cléopâtre o La mort du Cléopâtre, que es parte de cuatro cantatas compuestas por Berlioz entre 1827 y 1830 para el Prix de Rome. Fue compuesta en 1829 y es para orquesta y voz femenina (soprano o mezzosoprano). En esta grabación la cantante es Joyce DiDonato, quien ha colaborado en varios proyectos de obras de Berlioz con Nelson y que conoce el estilo y la expresividad que su música requieren.
Esta sinfonía lírica cuenta con cuatro partes: Recitative: ‘C’en est donc fait!’; Chant: ‘Ah! Qu’ils sont loin ces jours’, Méditation: ‘Grands Pharaons, nobles Lagides’ y Récitatif mesuré (adagio assai agitato): ‘Non!… Non, de vos demeures funèbres… Dieux de Nil’.
La voz de DiDonato ha ganado cuerpo en el registro medio y grave, con un timbre más oscuro y rico en armónicos. Comienza el recitativo con gran intensidad dramática, mostrando la desesperación de Cleopatra ante su inminente situación después de enviudar dos veces (Julio César y Marco Antonio) y ahora, como prisionera de Octavio. Es una escena que requiere más de expresividad y teatralidad por parte de la intérprete, que de cualquier lucimiento vocal. La música de Berlioz resalta y enmarca dramáticamente el texto escrito por Vieillard para esta poderosa escena.
DiDonato muestra gran refinamiento al cantar esta música, poniendo mucho cuidado en las sutilezas y exigencias de la partitura. Frasea con elegancia y sabe cómo imprimir la desesperación de Cleopatra sin caer en la exageración. Hay un trabajo de compenetración muy palpable entre ella y Nelson para recrear esta escena de manera lírica, teatral y que no solo muestra las dotes vocales y expresivas de DiDonato. Muestra un sólido registro grave durante la Méditation, donde la orquesta hace la premonición de que pronto se suicidará, con un acompañamiento sombrío, oscuro y fúnebre ilustrado por los metales, las percusiones y las cuerdas.
Nelson y DiDonato manejan muy bien los cambios y exabruptos de carácter del personaje, sobre todo al final de la escena. Es una especie de “escena de locura” en la que DiDonato enfatiza muy bien ciertas palabras del texto que, aunadas a la música, dan una idea completa de la desesperación del personaje. En ‘Dieux du Nil’ las cuerdas van marcando poco a poco cómo va muriendo la reina de Egipto, y cómo sus pulsaciones van disminuyendo. DiDonato, usando casi la voz en parlando, expresa los últimos momentos de Cleopatra. Es una manera bastante teatral y muy innovadora la que emplea Berlioz en la composición de esta escena, poco común o demasiado adelantada para su tiempo.
Cléopâtre, H 36: «Non!… non, de vos demeures funèbres»
Cléopâtre, H 36: Récitatif mesuré. «Dieux du Nil, vous m’avez trahie !»
Un gran disco que recomendamos por la excelente interpretación musical de los solistas, la orquesta, los coros y la dirección experta de John Nelson.