?? Andrè Schuen en Barcelona

El barítono Andrè Schuen y el pianista Daniel Heide @ Silvia Pujalte

Marzo 18, 2021. Había escuchado ya a André Schuen en la Schubertiada veraniega pasada en Vilabertran, pero no había hecho una crítica. Me impresionó, y creo que su origen familiar, en el cruce de caminos europeos entre Austria, Alemania e Italia, lenguas que habla a la perfección, más el ladino, lo hace especialmente apto para cultivar el lied (y también la canción de cámara italiana) y, creo, cierto tipo de óperas, como las de Mozart.

Ya entonces, además de la belleza del timbre, parejo en toda la gama y con una extensión que no puedo calibrar con los parámetros de la ópera, pero que en este repertorio no es lo más importante. Tampoco entonces me sentí igualmente entusiasmado por su acompañante titular (ha grabado discos siempre con él, entre ellos este programa del que aquí me ocupo). Daniel Heide me sigue pareciendo un pianista sobrio, correcto, mas poco o nada inspirado, y con unos tiempos con los que el barítono estará de acuerdo, pero que a veces cuesta comprender.

Si se aplica esto a la versión que escuchamos en el Auditori del ciclo Die schöne Müllerin de Franz Schubert, queda algo muy singular, con una belleza vocal extraordinaria, con medias voces para nada forzadas o en falsete (esto último de acuerdo la mejor tradición germánica), muy interior (lo que no me molesta en lo más mínimo), pero por momentos (y desde mi punto de vista “gracias” al piano) anémica (jamás he escuchado un ‘Wohin?’ más insulso), con lentitudes eternas que no se aplican al ciclo y menos, por ejemplo, a ‘Ungeduld’. El caso es que, pese a la belleza y a la verdad de la interpretación vocal, por primera vez las veinte canciones en algún momento me parecieron algo largas y/o desestructuradas, y eso que en las más excitadas o rápidas Heide salía un poco de la corrección y el letargo.

Por suerte, esas particularidades sirvieron para dos números finales, si no todo lo espléndidos que podían ser, sí bellos, ‘Der Müller und der Bach’ y ‘Des Baches Wiegenlied’. El público, numeroso para el caso y con el mal tiempo reinante, estuvo muy atento y al final aplaudidor, pero me gustaría saber quién fue el ‘despistado’ (para ser eufemista) que dejó por unos largos segundos abierto su teléfono celular.

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