Crispino e la comare en Nueva York

Escena de Crispino e la comare de los hermanos Ricci en el Teatro Nuovo de Nueva York

Julio 20, 2023. Un gran acierto se apuntó Will Crutchfield y su equipo de la agrupación musical Teatro Nuovo, rescatando del olvido la chispeante y entretenida ópera bufa Crispino e la comare de los prolíficos hermanos Federico (1809-1877) y Luigi Ricci (1805-1859), renombrados compositores de la escuela napolitana del siglo XIX y con libreto nada menos que del veneciano Francesco Maria Piave, poeta favorito de Giuseppe Verdi y libretista de algunas de sus óperas más famosas. 

Esta obra, que fuera muy popular en su tiempo, sigue los parámetros estandarizados de la ópera cómica de la época y brinda buenas oportunidades vocales para el lucimiento de todos los intérpretes, que el conjunto vocal a cargo en esta ocasión supo aprovechar a la perfección para ofrecer una representación inolvidable. Capitaneando el terceto de protagonistas principales, el bajo-barítono italiano Mattia Venni fue un zapatero Crispino desbordante de comicidad, humanidad y patetismo, con una voz bien timbrada, de gran calidad y ductilidad. Su perfecto “decir” pleno de acentos, con la intención justa, sin excesos y siempre perfectamente comprensible en el canto, hizo que cada una de sus frases se convirtiesen en una clase de teatro cantado. 

Como su esposa, la cantante callejera Annetta, la soprano ligera americana Teresa Castillo resultó muy convincente, exhibiendo una rica, brillante y flexible voz de soprano ligera con la que se movió como pez en el agua en las agilidades. En la escena estuvo desenvuelta y graciosa. Muy celebrado, su vals ‘Istorie belle a leggere’ le sirvió para precalentar motores para la popular aria ‘Io non sono piu l’Annetta’, con la que se apuntó un merecido triunfo personal, provocando una de las más grandes ovaciones de la noche. 

Aconsejando mágicamente al protagonista, la Comare (el hada madrina) de la mezzosoprano americana Liz Culpepper defendió su parte con una voz generosa de ricos y profundos graves y buenos recursos histriónicos. Tanto el barítono Dorian McCall como el bajo Vincent Graña le sacaron chispas a las partes de los pomposos y codiciosos médicos venecianos Fabrizio y Mirabolano, respectivamente, quienes uniendo sus voces al protagonista en el terceto ‘Di Pandolfetti il medico’ divirtieron a más no poder al público. No les fue en zaga el barítono Scott Hetz Clark quien delineó con infinidad de recursos un desopilante terrateniente, avaro y libidinoso Don Asdrubale di Caparotta. No pasó desapercibido la labor del tenor Toby Bradford, quien con una voz de exquisito lirismo le dio a la parte del joven aristócrata veneciano Contino dei Fiori un relieve poco usual. 

Completaron el elenco vocal con gran desempeño, la huérfana Lisetta de la prometedora mezzosoprano Abigail Lysinger y el albañil Bortolo del efectivo tenor Jeremy Luis López. El coro de la casa, a quien la partitura le exige frecuentes intervenciones, supo estar a la altura de las circunstancias, mostrando un excelente nivel general. Al frente de la orquesta, y además a cargo del címbalo, el director italiano Jonathan Brandani dirigió a sus músicos con ritmo preciso y vivaz, generoso lirismo, justa expresión dramática y siempre atento a las necesidades de los solistas vocales. La ópera fue presentada en el formato habitual de la compañía: semi-escenificada. En el despojado escenario, se proyectaron fotografías de los bocetos originales de Adam Thompson para el estreno de la ópera en el Metropolitan Opera en 1919, lo que sirvió perfectamente de marco para ubicar el desarrollo de la acción. 

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