Anna Bolena en Bilbao
Noviembre 19, 2022. La Ópera de Bilbao ha ofrecido el estreno en España de la obra de Donizetti, Anna Bolena, en coproducción internacional junto con las Óperas de Valonia, Lausanne y Mascate. Prevista originalmente para mayo de 2020 (en tiempos de pandemia), el Palacio Euskalduna no registró una gran entrada y entre los asistentes apenas pudimos distinguir a gente joven. El Festival internacional de Reggaeton, el partido de fútbol del Athletic Femenino y los actos del Aniversario Museo Guggenheim, todos a la misma hora, contribuyeron sin duda alguna a que el Auditorio de Bilbao no se llenara.
Entre los asistentes a la premiere tenemos que destacar la presencia de Emiliano Suárez, promotor y alma del proyecto “Opera Garage”, que se desplazó desde Madrid para la ocasión. Auténticos “hombres de ópera” como don Emiliano son muy necesarios en nuestro país y solo deseo que los responsables de ABAO cuenten con su asesoramiento y experiencia para atraer a la gente joven al mundo de la lírica.
Gianni Santucci ha sido el encargado de sustituir en estas representaciones al director de escena Stefano Mazzonis di Pralafera, fallecido lamentablemente el año pasado. Su coreografía, algo más conservadora y recatada que la ofrecida en Lieja en 2019, está muy bien estructurada y combina a la perfección con un gran montaje en donde la escenografía de Gary McCann adquiere un cariz de monumentalidad. El vestuario de Fernand Ruiz, gran maestro de la costura que hizo su presentación Bilbao, es una auténtica maravilla y traslada fácilmente al espectador a la Inglaterra de Enrique VIII.
La dirección musical corrió a cargo de Jordi Bernácer, que ha protagonizado una brillante confirmación en ABAO tras una década sin venir. Ovacionado tras un dirección muy dinámica de la obertura inicial, se mostró muy solidario con las voces solistas en todo momento. A destacar, cómo su batuta dirigió con mucha intensidad a la BOS en los pasajes finales del primer acto, en los que se coordinó a la perfección con el Coro de la Ópera de Bilbao que, de la mano de Boris Dujin, cumplió con creces en esta tragedia lírica donizettiana.
La mezzo catalana Anna Tobella, en el rol de Smeton, mostó su calidad canora en su aria del primer acto. En lo puramente teatral, convenció como paje enamorado y es preciso volver a escucharla en roles de mayor importancia.
En el papel de Jane Seymour, la mezzosoprano Silvia Tro Santafé, que venía de cantar recientemente su papel en el Palau de Les Arts de Valencia, ofreció una notable actuación. Majestuosa en el dueto ‘Dio che mi vedi in core’, junto a la soprano canadiense Joyce El-Khoury, la cantante valenciana cuenta con un color de voz tan bello que en estos momentos podemos considerarla como una de las mejores intérpretes belcantistas de su tesitura en nuestro país.
El joven bajo-barítono Marko Mimica, todo un prodigio vocal en decibelios y proyección, llenó —con una potencia pocas veces vista antes— todos los rincones del inmenso Euskalduna. Si bien su encarnación del personaje de Enrico VIII debería ser pulida a nivel actoral, nos encontramos, sin duda alguna, ante una gran voz de futuro.
La expectación en Bilbao era máxima para escuchar a Celso Albelo, triunfador en la Ópera de Viena, el Metropolitan de Nueva York y la Ópera de Valonia con el rol de Riccardo Percy. Durante todo el primer acto, ofreció una lección magistral de interpretación belcantista, con momentos estelares como el dueto con Anna Bolena. En el segundo acto, el tenor canario sacrificó con inmenso acierto el purismo belcantista al que nos tiene acostumbrado el personaje de Percy, para adentrarse en el terreno de la espectacularidad, a base de latigazos vocales y agudos imposibles de una potencia e intensidad pocas veces antes vista. Para enmarcar, la ejecución del aria ‘Vivi tu, te ne scongiuro’ fue toda una lección de bel canto, coronada con una cabaletta que quedará para siempre en la memoria de los asistentes. La Ópera es ante todo emoción y vaya si nos emocionamos con esas notas altas tan poderosas emitidas por Albelo, que atravesaron a este espectador y le pusieron los pelos de punta.
Desde estas páginas celebramos con entusiasmo la decisión de Albelo de adentrarse en un futuro inmediato en el universo verdiano, siguiendo la estela del gran cantante italiano Gianni Raimondi, el tenor que acompañó a la gran Maria Callas en las históricas funciones de Anna Bolena que programó la Scala de Milán en 1957.
La soprano El-Khoury debutó en ABAO con una actuación de menos a más. Para ser la primera vez que se metía en el difícil papel de Anna Bolena, sus prestaciones vocales fueron notables, pese a afrontar de manera un tanto reservada gran parte del primer acto. El aria ‘Piangete voi… Al dolce guidami’, tremendamente aplaudida por los asistentes, fue uno de los momentos mágicos de la noche. Expresiva en el dueto con la mezzo Tro Santafé y en los pasajes junto al rey Enrico VIII, en la cabaletta final de la escena de la locura ‘Copia iniqua’, pudimos escuchar una voz que se está alejando poco a poco del repertorio belcantista y que se va a sentir más cómoda interpretando papeles más pesados. Las grandes y generosas ovaciones recibidas por parte del público de Bilbao cuando salió a saludar al finalizar la representación, deberían servir de motivación a esta gran cantante para subir aun más el nivel en las tres funciones que quedan.