
Festival dedicado a Bach en León

El Guanajuato Bach Consort y el director invitado Erik Bosgraaf en el Teatro del Bicentenario de León © Naza PF
Julio 4, 2025. Con un vibrante ‘Aleluya’ en diálogo virtuoso con la trompeta, la soprano Cynthia Sánchez cautivó al público leonés con una interpretación radiante de la Cantata BWV 51 de Johann Sebastian Bach. El concierto, celebrado el 4 de julio en el Teatro del Bicentenario bajo la dirección del flautista holandés Erik Bosgraaf, reunió al Guanajuato Bach Consort —un ensamble de 14 músicos— y tres cantantes solistas en el programa Solo Cantatas, dentro de la séptima edición del Guanajuato Bach Festival.
Esta iniciativa, que ahora abarca ciudades como León e Irapuato, continúa acercando al público mexicano al repertorio del maestro alemán, aunque enfrenta el desafío de ampliar su audiencia. Lejos de centrarse solo en las obras más conocidas, esta edición apostó por géneros menos explorados, como las cantatas sacras de Leipzig, cuya interpretación —con instrumentos modernos, pero respetando el estilo— exigió precisión técnica y madurez expresiva. Aunque la música habló por sí misma, una proyección con subtítulos habría facilitado la comprensión del mensaje religioso de las piezas.
El concierto inició con la Cantata BWV 55 ‘Ich armer Mensch, ich Sündenknecht’ ‘(Desdichado de mí, siervo del pecado’), probablemente compuesta en noviembre de 1726 en Leipzig para el 22º domingo después de la Trinidad. Es la única cantata solista para tenor escrita por Bach y aborda el pecado y el arrepentimiento. Bajo la dirección desde el clavecín de Bosgraaf, el tenor mexicano Jesús Gallegos interpretó una pieza exigente por sus amplios intervalos y pasajes agudos.
Aunque su entrega fue evidente y mostró concentración, tuvo algunas dificultades técnicas, como proyección limitada y tensión en el registro agudo hacia el cierre del primer tema de la primera aria. Su timbre, sin embargo, se mantuvo cálido y agradable. En la segunda aria, ‘Erbarme dich! Laß die Tränen dich erweichen’ (‘¡Ten piedad! Deja que las lágrimas te conmuevan’), aparecieron leves problemas de afinación y faltó mayor carga emocional, especialmente si se compara con versiones como la del británico James Gilchrist, conocido por su claridad expresiva en Bach. Por contraste, la flautista Laura Gracia destacó por su musicalidad y sensibilidad.
El tenor cerró con un recitativo más expresivo y se unió a Cynthia Sánchez, Daniel Cerón y Liliana Medrano en el coro final ‘Bin ich gleich von dir gewichen, stell ich mich doch wieder ein’ (‘Aunque me haya apartado de Ti, vuelvo a Ti’), donde el cuarteto vocal brilló por su claridad y conmovedor fraseo.
Luego de la introspección de la BWV 55, el programa prosiguió con la reconocida BWV 82 ‘Ich habe genug’ (‘Tengo suficiente’), compuesta en 1727 para la Fiesta de la Purificación de María. Inspirada en el cántico de Simeón, esta obra transmite la serenidad de quien ha alcanzado la salvación y contempla la muerte como descanso del alma. Uno de los principales desafíos fue el tempo ágil seleccionado por el director, que redujo parte de la atmósfera contemplativa característica de la cantata.

El barítono Daniel Cerón, durante la cantata ‘Ich habe genug’ © Naza PF
El barítono Daniel Cerón empleó una emisión abierta que, aunque menos común en el repertorio barroco, brindó momentos cálidos en las secciones más líricas. En ciertos pasajes, la afinación fue variable y la línea vocal necesitó mayor brillo y agilidad, sobre todo en las secciones ornamentadas como las repeticiones de ‘Freude’ (‘Alegría’). Por otro lado, el oboísta Héctor E. Fernández destacó por su precisión.
Durante el aria ‘Schlummert ein, ihr matten Augen’ (‘Cerrad, ojos cansados’), surgieron algunas dificultades en el registro agudo y en la continuidad del legato, en especial en la segunda frase melódica. Más allá de los aspectos técnicos, se percibió cierta falta de profundidad expresiva, que generó una lectura algo distante frente a interpretaciones más introspectivas, como las del contratenor francés Philippe Jaroussky.
Sin duda, Cynthia Sánchez regaló los momentos más destacados de la noche con su interpretación de la Cantata BWV 51 ‘Jauchzet Gott in allen Landen’ (‘¡Aclamad a Dios en todas las tierras!’), escrita en 1730. Aunque tradicionalmente se relaciona con el 15º domingo después de la Trinidad, algunos expertos sugieren que fue creada para una celebración festiva o cívica, por su carácter jubiloso.

La soprano Cynthia Sánchez se lució con la cantata ‘Jauchzet Gott in allen Landen’ © Naza PF
Con un timbre cristalino, la soprano impresionó al público con su agilidad en los adornos y su facilidad para alcanzar el Do 6 en la primera aria. No obstante, su proyección vocal, aunque expresiva y llena de matices, en ocasiones careció de la potencia necesaria para sobresalir frente al vigoroso sonido de la trompeta de John Urness. Su desempeño resultó más irregular en el primer recitativo y la segunda aria, donde, además de leves problemas de afinación, evidenció ciertas dificultades en el legato de las amplias frases melódicas, afectando la fluidez de los pasajes líricos. Destacó, por su parte, el acompañamiento de Cintia Presa en el violonchelo.
La actuación de Sánchez mejoró notablemente en la sección contrapuntística del coral, donde resaltaron las intervenciones de las cuerdas. Al llegar al ‘Aleluya’, la soprano volvió a deslumbrar con su coloratura y notas agudas, aunque algunas imprecisiones en la afinación de la trompeta restaron nitidez a ciertas frases. A pesar de estos detalles, la cantata culminó con brillantez y un espíritu festivo, reflejado en un efusivo abrazo entre la soprano y el director. Los asistentes respondieron con entusiasmo, premiando con aplausos el talento de la cantante y del conjunto.
Tras el clímax de la BWV 51, el concierto concluyó con una propina especial: el coral ‘Jesus bleibet meine Freude’ (‘Jesús sigue siendo mi alegría’) de la Cantata BWV 147, interpretado con fervor por los cuatro solistas y el Guanajuato Bach Consort.