Fausto—Louise Bertin

Karine Deshayes, Karina Gauvin, Ante Jerkunica, Nico Darmanin, Marie Gautrot, Thibault de Damas
Les Talens Lyriques, Flemish Radio Choir; Christophe Rousset
Palazetto Bru Zane CD

Hacia 1825, Louise-Angélique Bertin (1805-1877), alumna del compositor checo naturalizado francés Anton Reicha y amiga de Hector Berlioz, decidió abordar en una ópera el tema de Fausto con toda la energía y la confianza de una joven de 26 años. Superó por completo las expectativas del público y se ganó a la crítica con su audacia y su muy particular estilo de composición. Con una orquestación colorida, cantabiles encantadores y coros vigorosos, todo parecía prometer que su Fausto entraría en el repertorio de los mejores teatros de Europa. 

Pero el cierre del Théâtre-Italien después de solo tres representaciones en 1831 decidió lo contrario, y la partitura languideció en las bóvedas de la Biblioteca Nacional de Francia durante 190 años. A principios de 2020, los curadores de Palazetto Bru Zane encontraron dicha partitura y la compararon junto con otra que tenían reducida para voz y piano. Pudieron encontrar también datos sobre la idea original que Bertin tenía vocalmente para su ópera. En 1826, cuando la compositora empezó a escribir música y letra para su Fausto, quiso que la gran Maria Malibrán cantara el papel de Margarita y que el papel principal fuese interpretado por la mezzosoprano Rosmunda Pisaroni, haciendo el rol “en travesti”. 

El estreno se había previsto para otro teatro y el libreto original era en francés, usando como referencia la traducción que Louis de Saint-Aulaire hizo del Faust de Johann Wolfgang von Goethe en 1823. El libreto bilingüe completo de Fausto de Louise Bertin se publicó en 1830 en francés e italiano. Cuando se dio el estreno de la ópera en el Théâtre-Italien, se cantó en italiano, como era la costumbre en ese recinto. Luigi Balocchi, el libretista oficial del Théâtre-Italien, fue quien tradujo del francés al italiano el libreto para el estreno. En el elenco figuró el tenor Domenico Donzelli como Fausto y Henriette Méric-Laland fue Margarita. En esta grabación completa con instrumentos de época, Christophe Rousset presenta la obra en su versión original, con una mezzo “en travesti” en el rol de Fausto.

Louise Bertin nació en una familia burguesa y fue apoyada por sus padres en sus estudios musicales. A muy corta edad contrajo polio y tenía que caminar con muletas. Esto no la detuvo en su entusiasmo por dedicarse a la música. Su padre era director del Journal des débats y su madre era una muy buena pianista que le enseñó a tocar dicho instrumento desde temprana edad. 

Bertin compuso cuatro óperas, basadas todas en obras literarias de grandes escritores del momento: Guy Mannering basada en la novela de Sir Walter Scott, Le Loup-garou (El hombre lobo) basada en un libreto de Eugène Scribe, Fausto (basada en Faust de Goethe) y La Esmeralda, basada en Notre-Dame de Paris de Victor Hugo, quien escribió el libreto pues era amigo de la compositora. Salvo por la primera que se presentó solo de manera privada, las otras tres óperas mencionadas se presentaron en la Opéra-Comique, el Théâtre-Italien y la Opéra de Paris, respectivamente. 

Louise-Angélique Bertin (1805-1877)

En el estilo de composición de Bertin podemos escuchar la influencia del romanticismo temprano de Carl Maria von Weber y Ludwig van Beethoven, así como también del Rossini francés, Bellini y Donizetti. Es una fusión muy interesante que ilustra lo que se estaba gestando en el panorama musical después de la época de Étienne Méhul o François-Adrien Boieldieu. 

Además de estas óperas, Bertin compuso 12 cantatas, seis baladas para piano, cinco sinfonías de cámara, cuartetos para cuerda y un trío para piano, además de escribir poesía y pintar. Hay que alabar el hecho de que Louise Bertin fue capaz de sobresalir y presentar tres óperas dentro de un universo lírico en donde estaban grandes figuras de la talla de Berlioz, Meyerbeer, Rossini, Bellini y Donizetti. Nunca antes una mujer compositora había podido estrenar tres óperas en teatros tan importantes y con éxito, fuese total o moderado.

Fausto es una ópera semi-seria en cuatro actos: acto I: La tentazione, acto II: La felicità, acto III: Il misfatto y acto IV: La pena. La música de esta obra fue revolucionaria, atrevida y causó revuelo con la crítica y el público. Al escucharla por primera vez, uno siente que está oyendo un caleidoscopio de estilos musicales: aparece una cita musical que nos recuerda a la obertura de Don Giovanni de Mozart, especialmente recordando el tema del Comendador, que aparece varias veces asociada con el personaje de Mefistofele, por ejemplo. 

Fausto, de Louise Bertin: Obertura

En la obertura también podemos notar cierta influencia de la textura musical y atmosférica de la obertura de Der Freischütz de Weber. Su uso de la sección de instrumentos de viento y metales es muy del estilo del romanticismo alemán. Las arias son muy belcantistas, recordando a aquellas de las óperas de Bellini y Donizetti, sobre todo los duetos de Fausto y Margarita y los recitativos parecen de una ópera buffa de Rossini. La música que Bertin escribe para Mefistofele es la parte “cómica”, hasta cierto punto, de la partitura. Tiene un dueto en el acto II con el personaje de Catarina ‘Vi saluto, madama’, en medio de la cual canta la arietta ‘Un amigo mio diletto’, con un trabalenguas muy “rossiniano”. En él, Mefistofele canta a gran velocidad enumerando las cualidades de su amigo Fausto al que quiere presentarle a Margarita, amiga de Catarina. 

Fausto, de Louise Bertin: ‘Vi saluto, madama’… ‘Un amigo mio diletto’ (dueto de Mefistofele y Catarina) 

La trama está simplificada y se enfoca mucho más en el papel de Margarita; Valentino, su hermano, aparece muy poco. Hay un personaje nuevo en la historia que se llama Catarina que, en un acto, es “amiga” de Margarita, pero en el otro es la “madre” de ella y Valentino (en un descuido que no corrigió Bertin al hacer revisiones de la obra previas al estreno). También cambia la manera en que Fausto y Margarita se conocen: no es en una fiesta o carnaval en la plaza de la ciudad, sino porque ella le pide ayuda para curar a su amiga/madre Catarina. El final, como sucedería años después con la versión de Charles Gounod, incluye un trío entre Fausto, Margarita y Mefistofele, en donde ella es perdonada y el doctor es condenado. En esta versión de Bertin el coro tiene un papel preponderante y varios momentos musicales de gran belleza. 

Vocalmente, esta grabación cuenta con un elenco solido encabezado por la mezzosoprano francesa Karine Deshayes en el papel de Fausto. Para algunos oídos, escuchar el rol del doctor en voz de una mujer parecerá extraño, pero dada la caracterización musical de Bertin, contrasta muy bien con la voz de una Margarita más lírica y con pasajes incluso de gran dramatismo. El timbre de Deshayes es de mezzo lírico con mucho brillo en su registro agudo, además de un centro aterciopelado. El tener un Fausto “en travesti” con una voz femenina le da más credibilidad a la parte donde el doctor es un joven y armoniza mejor en ciertos pasajes, pues en esta versión Valentino es tenor. 

Deshayes se enfrenta a saltos de registro y rítmicos muy complicados; la música del personaje de Fausto es de carácter más belcantista, y eso ayuda a la mezzo francesa a mostrar su línea de canto. Incluso su primera aria ‘Il vago sol del mondo’ recuerda al estilo de Gaspare Spontini. En el acto IV tiene otra aria del mismo estilo musical llamada ‘O fier tormento rio! … Deh guarda, o ciel clemente’. 

Fausto, de Louise Bertin: ‘Il vago sol del mondo’ (aria de Fausto)

Sus duetos con Margarita son de gran belleza y de carácter más belcantista. La voz de Deshayes armoniza muy bien con el timbre más robusto de la soprano canadiense Karina Gauvin, quien canta una Margarita mucho más fuerte y decidida que en otras versiones. Ejemplo de ello es el terceto ‘Vezzosa giovinetta’ del acto I, donde canta con ellas el bajo-barítono francés Thibault de Damas en el rol de Wagner.

Fausto, de Louise Bertin: ‘ Vezzosa giovinetta’ (terceto de Fausto, Wagner y Margarita)

Gauvin tiene muchos momentos de lucimiento vocal y estilísticamente variados también; tiene una canzonetta ‘Fuggite, amore’ muy ligera y con una melodía muy atractiva y sencilla. Por otro lado, tiene una cavatina en el acto II más lírica llamada ‘Palpita nel seno gelido il cor’ donde muestra un canto exquisito, casi belliniano, con un fraseo elegante. Es muy expresiva y sabe interpretar la evolución del personaje de joven inocente a mujer que enfrenta la traición de su amante y la muerte inminente.

Fausto, de Louise Bertin: ‘Fuggite, amore’ (canzonetta de Fausto)

El tercer papel más fuerte de la ópera es Mefistofele, muy bien interpretado por el bajo croata Ante Jerkunica. El personaje requiere un carisma y una picardía que tienen algunas de las otras posteriores encarnaciones del demonio en las óperas de Gounod o Arrigo Boito. Pero Bertin le da todavía más un carácter cómico asignándole música muy ligera, salvo en dos ocasiones: cuando presenta a Fausto con la bruja que lo cambiará de viejo a joven, y en la escena final. Jerkunica tiene buena vis cómica, excelente dicción y moldea su poderosa y oscura voz para darle la ligereza que la música requiere. Otro momento musical que debemos resaltar de Mefistofele es su dueto con Fausto en el acto I ‘Sorgi al mio cenno, Satana’.

Fausto, de Louise Bertin: ‘Sorgi al mio cenno, Satana’ (dueto de Fausto y Mefistofele)

El tenor maltés Nico Darmanin es un Valentino de voz lírica cuya única aria ‘Ah, mi batte il cor nel petto’ recuerda mucho a aquellas que Rossini asignaba a los tenores (y baritenores como Andrea Nozzari), en donde se le pedía al cantante línea de canto pero también una amplitud de registro y destreza vocal. El resto del elenco cumple bien con sus pequeños papeles, destacando la mezzo francesa Marie Gautrot como una madura Catarina y la soprano moldava Diana Axentii como Marta.

Fausto, de Louise Bertin, ‘Ah, mi batte il cor nel petto’ (aria de Valentino)

Excelente, el trabajo de Christophe Rousset al frente de Les Talens Lyrique, pues dirige esta partitura con matices, colores y dinámicas que resaltan los puntos más fuertes de la música de Bertin. Se escucha el trabajo depurado que Rousset y el equipo de curaduría hicieron para mostrar el por qué valía la pena rescatar esta ópera. Es muy interesante poder oír esta música con instrumentos originales de la época, ya que el sonido nos transporta a la sonoridad de las primeras décadas del siglo XIX en París.

Una vez más, Les Talens Lyriques y Palazzetto Bru Zane unen fuerzas para mostrar al mundo de la lírica otra joya más que hasta ahora se desconocía: esta ópera escrita por una joven mujer a principios del siglo XIX que merecía salir a la luz para atestiguar el talento de Louise Bertin en el siglo XXI.

Fausto de Louise Bertin – Entrevista con Christophe Rousset, Karine Deshayes y Ante Jerkunica 

Fausto de Louise Bertin – ‘Opéra français’ CD-Book 

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