Insieme – Opera Duets

Jonas Kaufmann (tenor), Ludovic Tézier (baritone),
Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia,
Antonio Pappano
SONY CLASSICAL CD

Los duetos entre tenor y barítono han tenido egregios representantes, tanto en escena como en el terreno de las grabaciones. Hay algo mágico, viril y lleno de energía en esta fusión de dos voces masculinas en donde los intérpretes cantan a personajes que tienen relaciones tan diversas como una amistad, una rivalidad, un parentesco o un mismo ideal. 

Es muy importante que las voces armonicen bien ya que no siempre suenan bien juntos. Grandes intérpretes, a través de los años, han grabado discos de duetos entre tenor y barítono. Entre ellos destacan el de Carlo Bergonzi con Dietrich Fischer-Diskau, Richard Tucker y Robert Merrill a piano de 1973, Plácido Domingo con Sherrill Milnes, y Jerry Hadley con Thomas Hampson, por mencionar solo algunos. 

Toca el turno ahora de la dupla estelarizada por el tenor alemán Jonas Kaufmann y el barítono francés Ludovic Tézier en este nuevo disco que lleva como título Insieme (Juntos), dirigidos por Antonio Pappano, al frente de la Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma.

El disco comienza con el famoso dueto ‘In un coupè… O, Mimì tu più non torni’ entre Rodolfo y Marcello en La bohème de Giacomo Puccini. Kaufmann es un Rodolfo de voz bastante madura y su timbre oscuro combina de manera muy especial con el timbre también grave pero más aterciopelado de Tézier. Desde este primer track se escucha una complicidad y una compenetración muy profunda entre los dos intérpretes. Al subir al registro agudo, Kaufmann suena más tenor y menos abaritonado que en el registro medio, lo cual hace que en los momentos de armonizar con Tézier se oiga un ensamblaje de voces bien balanceado. La expresividad de ambos en cada dueto es siempre con buen gusto, haciendo matices y dinámicas vocales.

Incluye uno de los duetos más bellos entre tenor y barítono: ‘Enzo Grimaldo, Príncipe di Santafior, che pensi?’, entre Enzo y Barnabá en La Gioconda de Amilcare Ponchielli. Tézier amolda su poderosa voz para encarnar al perverso Barnabá y Kaufmann se nota a gusto con la tesitura de Enzo. Ambos llevan muy bien la tensión in crescendo de la escena. 

‘Enzo Grimaldo, principa di Santafior, che pensi?’, La Gioconda, Ponchielli

Le siguen dos selecciones bastante interesantes, entre los personajes Henri y Guy de Monfort en Les vêspres siciliennes de Giuseppe Verdi. Esta turbulenta y trágica relación entre padre e hijo está ejemplificada en dos escenas claves en la ópera que son su dueto en el acto I, ‘Quel est ton nom?’ y el del acto III, ‘Je n’en puis revenir’. Es curioso notar cómo la emisión de Kaufmann se oye más suave al cantar en francés. La elegancia en la línea de canto de Tézier es aún más notoria al cantar en su idioma natal. Aquí tenemos un ejemplo de cómo Verdi escribió en el más puro estilo francés su música para la versión en francés (la original) de su más conocida I vespri siciliani. Tanto Kaufmann como Tézier se entregan al cien por ciento en la intensidad de las escenas y se complementan, no solo en lo vocal, sino también dramáticamente. Pappano hace que la orquesta “cante” con ellos en las líneas melódicas más líricas de estos duetos. En aquel del acto III, podemos escuchar el tema de la obertura cantado por Henri y Guy en armonía. Hay momentos en que las dos voces parecen una, entrelazándose con armónicos ricos y sonoros. Los agudos de Kaufmann son redondos y los lanza con una seguridad apabullante.

Siguiendo con el Verdi en francés, Kaufmann y Tézier cantan el dueto del acto II entre Don Carlos y Rodrigo en Don Carlos. Conocen a la perfección esta versión del dueto, que es mucho más larga que la versión en italiano. Se agradece que en este disco hayan incluido la versión completa de este dueto (la versión del ensayo del 11 marzo de 1867). Kaufmann hace muy bien los cambios abruptos entre el Carlos desesperado, el enamorado y el resuelto a luchar con su amigo por Flandes. 

‘Le voilà! C´ést l’infant’, Don Carlos, Giuseppe Verdi

También de Verdi, escuchamos los duetos de Don Alvaro y Don Carlos de Vargas en La forza del destino: ‘Solenne in quest’ora’ y ‘Nè gustare m’è dato un ora di quiete’ del acto III e ‘Invan Alvaro’ del Acto IV. Esta es otra ópera que Kaufmann y Tézier han cantado juntos, esta vez en Múnich, y de cuyas funciones existe un DVD con la soprano Anja Harteros como Leonora. Alvaro es un rol que le va muy bien a Kaufmann. Tézier lo iguala en sutilezas, entrelazando su voz con la del moribundo Alvaro. En el dueto del acto IV, ambos intérpretes dotan de intensidad dramática su canto para darle más realismo a esta escena en donde Don Carlos reta a duelo a Alvaro. Los sobreagudos de Kaufmann en esta escena suenan más delgados y al límite, pero los saca avante sin gritarlos. Opta, a veces, por dar esas notas en diminuendo. Y Tézier es, sin duda, uno de los mejores barítonos verdianos de la actualidad y da una clase maestra de cómo se debe cantar este compositor. 

Cierra el disco con la escena entre Otello y Iago del acto II de Otello de Verdi: ‘Tu? Indietro! Fuggi!… Era la notte… Si, pel ciel mormoreo giuro’. La descarga de testosterona vocal en esta escena es colosal, y tanto Kaufmann como Tézier cantan con pasión e intensidad desgarradora. Kaufmann es un gran Otello, con agudos certeros y potentes. Tézier es un Iago maquiavélico que usa su bella voz con matices acertados en la narración del sueño ‘Era la notte, Cassio dormiva’, para luego ir “metiendo el veneno” en el oído de Otello. El barítono francés va acariciando las frases de manera poética para crear un efecto de embriaguez y luego da el cambio abrupto en ‘Lo vidi in man di Cassio’, sacando la verdadera maldad de Iago.

‘Tu?! Indietro! Fuggi… Era la notte… Sì, pel ciel marmoreo giuro’, Otello, Verdi

La Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia muestra el oficio que tiene como acompañante de cantantes e intérpretes de este repertorio. Pappano es un director que cuida las voces y que hace que sus músicos sean una tercera voz que arropa y enriquece el canto de los solistas. Se nota el trabajo depurado que hizo con Kaufmann y Tézier en como cada uno debía interpretar ciertas frases, en las dinámicas vocales y orquestales y en el color tan rico que saca de su orquesta. 

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