Jonathan Tetelman—The Great Puccini
The Great Puccini
Jonathan Tetelman (tenor)
Federica Lombardi (soprano), Marina Monzó (soprano), Vida Miknevičiūtė (soprano), Rihab Chaieb (mezzosoprano), Önay Köse (bajo), Theodore Platt (barítono)
PKF – Prague Philharmonia; Carlo Rizzi
Deutsche Grammophon CD
El tenor chileno-norteamericano Jonathan Tetelman presenta su segundo disco como solista con un viaje musical a través de la música de Giacomo Puccini, compositor cuyo centenario luctuoso se cumple en 2024. Este disco es un perfecto homenaje a sus óperas y a su legado en el mundo de la lírica, pasando por sus primeras obras como Le villi, sus grandes éxitos como La bohème, Madama Butterfly, Tosca y Turandot, así como óperas emblemáticas que merecen ser escenificadas más seguido, como Manon Lescaut, La rondine, La fanciulla del West e Il trittico.
Tetelman cuenta en este disco con la experta batuta de Carlo Rizzi al frente de la PKF-Prague Philharmonia y con cantantes invitados de gran calidad que lo acompañan en los duetos, cuartetos y escenas que incluye en el disco. Nos pareció muy atinada la inclusión no solo arias de tenor sino también algunos momentos musicales o escenas con otros intérpretes que muestran de manera más amplia el catálogo pucciniano.
Comienza el disco con el aria de Des Grieux ‘Donna non vidi mai’ del acto I de Manon Lescaut. Tetelman la canta con una voz rica, bien timbrada y con gran expresividad. Es muy seguro en los agudos, los cuales tienen squillo y se expanden libremente.
Continúa con una de las arias de tenor más famosas del repertorio lírico: ‘Nessun dorma’ de Turandot. Tetelman desborda pasión al cantarla; su timbre es lírico con ciertos tintes spinto en ciertos momentos, lo cual le ayuda para los momentos de gran dramatismo.
Jonathan Tetelman, Prague Philharmonia, Carlo Rizzi – The Great Puccini: Turandot, ‘Nessun dorma’
Le sigue una joya musical que deberían cantar más los tenores en sus recitales: el aria de Ruggero “Parigi! È la città dei desideri” de La Rondine. De carácter más lírico que las anteriores, es un aria con una melodía muy bella y que requiere una línea de canto impecable. Tetelman acaricia cada frase con su voz, adecuándola al estilo más ‘ligero’ del aria.
Pasamos a una de las arias más queridas por el público (y por los tenores): el aria de Rodolfo ‘Che gélida manina’ de La bohème. Tetelman tiene una dicción muy clara y un manejo del texto bastante teatral; canta, interpreta y lo borda con un gusto exquisito. Sigue al aria el dueto ‘O soave fanciulla’ donde la soprano Federica Lombardi lo acompaña como Mimì. Sus voces se acoplan muy bien, cantando con pasión y entrega. El timbre de Lombardi es lírico y brillante haciendo una Mimì frágil y encantadora; contrasta muy bien con el Rodolfo muy viril y coqueto de Tetelman. Al final del dueto, ambos proyectan el sobreagudo final como un rayo láser, certero y directo.
Cierra los fragmentos de La bohème con el precioso cuarteto del tercer acto ‘Dunque proprio finita’ con Lombardi, Tetelman, la soprano Marina Monzó como Musetta y el barítono Theodore Platt en el rol de Marcello. Aquí hay que resaltar la paleta orquestal tan bien modulada y dirigida por Rizzi, además del excelente balance de voces que logra con sus cuatro intérpretes. Las voces contrastan muy bien; excelente Monzó como Musetta, con un timbre bello e interpretando la picardía de su personaje con buen gusto. Platt luce su timbre oscuro y personalidad vocal como Marcello. Lombardi y Tetelman, de nuevo, se acoplan de manera fantástica, creando un momento musical de gran emotividad.
Seguimos con las dos arias de Mario Cavaradossi de Tosca: ‘Recondita armonia’ y ‘E lucevan le stelle’. Tetelman las canta de una manera refinada y nos muestra cómo estas dos arias son de carácter lírico y no “heroico” como muchos otros tenores las interpretan. Requieren de un fraseo y una línea de canto depurada en la primera, al comparar a las dos mujeres y de una delicadeza y sentimiento a flor de piel en la segunda, al narrar esa añoranza de sus días junto a Tosca y la desesperación por saberse pronto a morir. Tetelman se siente muy a gusto en este rol y auguramos que lo cantará mucho durante su carrera ya que le queda a la perfección. El bajo Önay Köse canta las frases del carcelero en ‘E lucevan le stelle’.
Volvemos a Manon Lescaut, ahora con el aria ‘Ah, Manon, mi tradisce’, una escena en donde el tenor corre el peligro de desbordar demasiada pasión y de quebrar la voz pero eso no pasa con Tetelman, quien está como pez en agua en estas escenas llenas de intensidad dramática. En ningún momento se le oye al extremo o que su instrumento se tense. Al contrario, su voz se expande y luce aún más; su registro grave resuena poderoso y sube sin problema al registro agudo.
Una de las selecciones más originales es el incluir el terceto entre Suzuki, Pinkerton y Sharpless ‘Che giova?… Io so che alle sue pene’ de Madama Butterfly. Aquí acompañan a Tetelman la mezzosoprano Rihab Chaieb encarnando a Suzuki y Önay Köse en el papel de Sharpless. Ambos con voces de timbre oscuro y que armonizan bien con Tetelman. Es una página musical de gran belleza que muestra la maestría con la que Puccini retrataba la desesperación de cada uno de sus personajes en un terceto del acto III. La voz de Tetelman destaca por su brillo y la manera en la que florecen sus agudos sin problema con la orquestación in crescendo.
De La fanciulla del West tenemos dos de las tres arias del personaje de Dick Johnson (Ramerrez): ‘Quello che tacete’ del acto I y ‘Ch’ella mi creda’ del acto III. Ambas arias de muy corta duración pero que ilustran perfectamente el carácter romántico y heroico de personaje. Aquí Tetelman pone un poco más de peso a su voz pero siempre conservando el squillo brillante y la elegancia para frasear. Este es otro papel que creemos que le quedará muy bien cuando decida cantarlo completo.
Uno de los duetos más intensos y difíciles de cantar para el tenor dentro del catálogo pucciniano es el dueto entre Giorgetta y Luigi ‘Luigi, Luigi!… Dimmi perché gli hai chiesto’ de Il tabarro. La soprano lituana Vida Miknevičiūtė canta con Tetelman este bellísimo dueto y ambos interpretan la desesperación de los amantes con gran dramatismo. El timbre de Miknevičiūtė es lírico y luminoso; ni ella ni Tetelman se escuchan al límite. Al contrario, logran desbordar todo el dramatismo de la escena y, en especial él, sale victorioso de la ingrata tesitura aguda y algo tirante del personaje. Önay Köse canta el rol de Michele, que aparece brevemente. Rizzi mantiene muy bien la tensión de la escena con la orquesta ‘ilustrando’ la atmósfera de misterio y espera.
Volvemos con Turandot; ahora con el aria de Caláf del primer acto ‘Non piangere Liù’. Se nota que Tetelman goza cantarla; su interpretación es muy sincera, mostrando un lado vulnerable y muy humano del personaje. Aún siendo un aria relativamente corta, Tetelman nos atrapa frase por frase y entendemos el sufrimiento del príncipe tártaro.
Cierra el disco con el aria de Roberto ‘Torna ai felici dí’ de la primera ópera de Puccini Le villi. Tetelman desborda pasión de nuevo en esta aria, dejando que su voz exprese todos los sentimientos del personaje. Hace las modulaciones y matices con buen gusto, además de proyectar los sobre agudos con expresividad, dándoles un propósito emotivo y no solo emitirlos forte por lucimiento.
Excelente el trabajo orquestal de Carlo Rizzi al frente de la Prague Philharmonia para resaltar la orquestación pucciniana y subrayar las sublimes melodías de cada fragmento. Un disco que hace honor con creces a Giacomo Puccini y que muestra al máximo la voz de Jonathan Tetelman. Muy recomendable para iniciar el 2024, año en que se conmemoran los 100 años de la muerte de Puccini.