Después del intermedio, Fleming regresó con un vestido de seda color ciruela, suavemente grisáceo, con tonos de uva que incluía un chal con volantes. Ella y Moore interpretaron tres canciones impresionistas que Debussy escribió sobre la poesía de Paul Verlaine.
En la función del domingo 16 de febrero ocurrió la apoteosis: no sólo Javier Camarena volvió a bisar, sino que en un ambiente festivo incontenible también Rebeca Olvera bisó su aria “Il faut partir”, inscribiendo el momento directamente en la historia del Teatro del Palacio de Bellas Artes pues en sus 85 años existencia jamás había ocurrido algo así: bises de dos cantantes, consecutivos, y en un solo acto...
La dirección musical de Francesc Prat fue excelente, y la reducida plantilla instrumental (flauta, arpa, dos violines, viola y violonchelo) hizo un muy buen trabajo...
Los talentos de Rodrigo Garciarroyo como director de escena se vuelven más evidentes con cada nueva producción que realiza. Y a este L’elisir d’amore le confirió una discreta fluidez, como debe ser, bastante efectiva…
El libretista de esta Mujer venenosa Emilio Jona cuenta que el libreto nació de una comisión de una ópera al compositor Marco Podda, que debía centrararse en algunas figuras sicilianas del siglo XVII dedicadas a la transgresión...
La función de anoche y la del próximo domingo por la tarde representan una forma de celebrar el decimoquinto aniversario de los debuts de Camarena, Olvera y Cerón en el Palacio de Bellas Artes.
Tomer Zvulun se atrevió a mostrar la morbosidad y depravación de los personajes en esta ópera macabra…
La puesta en escena sigue la costumbre de Giorgio Barberio Corsetti (y en este caso Pierrick Sorin) de realizar un film en una pantalla en la parte superior del escenario mientras debajo unas cámaras permiten que una suerte de diapositivas se transformen en escenografía.
La muy elaborada música de George Benjamin completó una propuesta de superlativa calidad que bien justificó los elogiosos antecedentes que precedieron a su estreno.