Cecilia Bartoli encarnó a la sacerdotisa en un francés perfecto y sus dotes histriónicos salieron a relucir...
Confuso, incoherente y con pretensiones intelectuales, el trabajo del regista Joel Ivany no hizo más que vaciar de fantasía al cuento de hadas de los hermanos Grimn sobre el que se basa la ópera.
Un buen espectáculo general resultó Il barbiere di Siviglia presentado por la Canadian Opera Company, en buena parte gracias a un reparto calidad excepcional.
El regista Gianmaria Aliverta firmó una divertidísima y dinámica versión llena de movimiento, comedia física, gags pícaros y un tanto sexuales pero sin caer en jamás la vulgaridad o racismo.
Ramón Vargas fue el tempestuoso Roberto, un apasionado amante con un cálido y sonoro legato...
Andreas Homoki, director de escena e intendente del teatro suizo, famoso por sus puestas en escena minimalistas, propuso una versión por demás inteligente...
Hace unos meses comenté sobre la reposición de Die Frau ohne Schatten de Richard Strauss en Viena. Al parecer estamos ante una nueva oleada de “revival” como pareció haberla en los años 60 y 70 del siglo pasado…
Después del intermedio, Fleming regresó con un vestido de seda color ciruela, suavemente grisáceo, con tonos de uva que incluía un chal con volantes. Ella y Moore interpretaron tres canciones impresionistas que Debussy escribió sobre la poesía de Paul Verlaine.
En la función del domingo 16 de febrero ocurrió la apoteosis: no sólo Javier Camarena volvió a bisar, sino que en un ambiente festivo incontenible también Rebeca Olvera bisó su aria “Il faut partir”, inscribiendo el momento directamente en la historia del Teatro del Palacio de Bellas Artes pues en sus 85 años existencia jamás había ocurrido algo así: bises de dos cantantes, consecutivos, y en un solo acto...